¿Por qué se dice que la “interjección no es considerada accidente gramatical"?
(P.S)

Respuestas

Respuesta dada por: greacesanchezdelgado
2

Respuesta:

Explicación:

e cree que constituyen restos de la forma más antigua, primitiva o sintética de lenguaje. Algunas de sus funciones, fuera de la de expresar o desahogar un sentimiento, son apelar al interlocutor, saludarlo, despedirlo, darle conformidad o agradecimiento, etc.; por ejemplo, en español:

¡Alto!: se usa como llamada de pausa imperativa.

¡Ay!: se emplea para expresar un sentimiento vivo.

¡Eh!: se usa para preguntar, llamar, despreciar, reprender o advertir.

¡Hola!: se usa como salutación de apertura de conversación.

Por lo tanto, son semánticamente equivalentes a una oración completa, y expresan o describen elementalmente una acción sin estar sintácticamente organizados, por ello puede considerarse que no son una parte de la oración (aunque algunos gramáticos las incluyen en el inventario de clases de palabras), sino que son signos lingüísticos pregramaticales que desempeñan las tres funciones del lenguaje según Karl Bühler: expresiva, conativa y representativa. Generalmente se escriben con signos de admiración en aquellos sistemas de escritura que los tienen, aunque existen algunas interjecciones de sentido interrogativo o confirmativo de lo antes expresado que ocasionalmente se intercalan en una oración y se escriben si es posible con signos de interrogación

Respuesta dada por: ElRayos
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Respuesta:

Clasificación gramatical

Desde un punto de vista gramatical las interjecciones se clasifican en propias e impropias.

Interjecciones propias

Las interjecciones propias, o propiamente dichas se emplean únicamente como interjecciones y constituyen una sola palabra, comprendida entre signos de admiración o de interrogación. Ejemplos:

¡abur!: sirve para despedirse.

¡agur!: sirve para despedirse.

¡ah!: sirve para expresar asombro, comprensión de lo oído, sorpresa, placer.

¡ar!: sirve para que los mandos militares indiquen el momento de hacer la orden que se dio4​

¡arre!: para azuzar a un caballo, indicando que se desea avanzar, en el español mexicano del Norte para afirmar, y también se usa en el español rioplatense para representar algo irónico

«¡Arre, caballo!» (para azuzar un caballo) «Arre, dijiste eso y te pasó» (ironía) «Arre, vamos a la plaza.»

¡aúpa!: sirve para animar a alguien a levantarse o a levantar algo. La usan especialmente los niños cuando quieren que los cojan en brazos.

¡bah!: sirve para expresar desprecio, desinterés.

¡chao!: coloquial, adiós o hasta luego.

¡chitón!: para pedir silencio.

¡ea!5​: usada en España para llamar la atención.

¡eh!: sirve para expresar rechazo, desaprobación de lo excesivo, sorpresa.

¿eh?: siendo una forma interrogativa, expresa duda de haber comprendido lo oído, o una solicitud de que se repita algo que no fue atentamente escuchado; también se emplea en el contexto de un discurso, como una suerte de consulta acerca de si se ha comprendido lo expresado, o si se está de acuerdo con ello. Es una de las pocas interjecciones que eventualmente pueden intercalarse en una oración, con ese sentido:

―Camina con cuidado para no caerte.

―¿Eh?

¡epa!: expresión usada en América Latina como advertencia o para llamar la atención. En Venezuela es común usarla como saludo informal (especialmente entre los hombres).

«¡Guay, que se nos vienen encima!»

¡hala!: para infundir aliento, meter prisa, mostrar sorpresa, llamar o denotar la persistencia en una marcha.. Por ejemplo: «¡Hala, hala, no os detengáis que se nos hace tarde!». Se utiliza en España.

¡hale!: para infundir aliento, meter prisa, mostrar sorpresa, llamar o denotar la persistencia en una marcha.

¡hola!: expresa bienvenida, saludo, satisfacción por el encuentro con la persona a quien es dirigido.

¡huy!: expresa asombro, sorpresa por algo insólito. Según la RAE se puede escribir con hache o sin ella.6​

¡oh!: expresa asombro, admiración.

¡ole!: sirve para animar y aplaudir.

¡olé!5​: sirve para animar y aplaudir.

¡ojalá!: expresa un deseo de que algo se realice. Sería una palabra de origen árabe, proveniente de los tiempos históricos en que el sur de la península ibérica estaba ocupada por los moros, siendo contracción de inch Alá (‘quiera Dios’). Es una palabra que frecuentemente no es empleada como interjección, incorporándose a una oración: «Ojalá que no llueva».

―Quizá mañana no llueva.

―¡Ojalá!

¡órale!: para exhortar o para manifestar asombro o aceptación. Coloquial en El Salvdor, Guatemala, Honduras y México.

¡uf!5​ sirve para denotar cansancio, fastidio o sofocación.

¡uh!: para denotar desilusión o desdén.

¡uy!: expresa asombro, sorpresa por algo insólito. Según la RAE se puede escribir con hache o sin ella.6​

Explicación:

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