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Respuesta:
La primera mención histórica del término plutocracia se encuentra en Jenofonte, en referencia a la situación política existente en Atenas previa a las reformas de Solón. Los hippeis (caballeros), dueños de la mayor parte de las tierras y esclavos, habían controlado el proceso político en Atenas, imponiendo medidas destinadas a excluir a las clases bajas del gobierno de la ciudad y gobernando exclusivamente para su beneficio. Sus políticas, que incluían la esclavización de ciudadanos que no pudieran hacer frente a sus deudas, causaron una serie de crisis políticas que culminaron con las reformas de Solón, que garantizaron el voto de todos los ciudadanos independientemente de sus ingresos, límites estrictos para la elección de magistrados e incluso que algunos cargos públicos fueran asignados de forma aleatoria entre los ciudadanos para inhibir los efectos de la plutocracia.10 De manera similar, entre el 133 a. C. y el 123 a. C. los Gracos protagonizaron una brutal revolución contra la plutocracia de Roma.11 Jenofonote, y posteriormente otros escritores griegos como Tucídides, veían la plutocracia como una fuente de inestabilidad política, y sus escritos sobre el tema siempre iban encaminados a prevenir la aparición de tal sistema.12 Sin embargo, para Tucídides la plutocracia nunca aparecería como un sistema político alternativo a la democracia o la aristocracia, sino como una corrupción de tales sistemas, inestable y desvirtuada, y muy ligada a la oligarquía.12 Particularmente, Tucídides y Jenofonte señalaban que los plutócratas tienden a ignorar los intereses del estado, la responsabilidad social y los problemas políticos, empleando el poder para su propio beneficio. Esto conducía a conflictos sociales, hedonismo y decadencia. Tucídides y Séneca argumentaban que inevitablemente la plutocracia sería abolida en una revolución, llevando a la monarquía.12
A lo largo de la historia, pensadores políticos como Winston Churchill, Alexis de Tocqueville, Juan Donoso Cortés o Noam Chomsky han igualmente condenado la plutocracia por centrarse únicamente en los intereses del poder económico, ignorando los intereses de la sociedad y del estado.1314
En el mundo moderno la plutocracia no suele manifestarse de forma directa como lo hiciera en la antigüedad clásica, donde el gobierno estaba ejercido directamente por los plutócratas. No obstante, la existencia de tendencias plutocráticas en las modernas democracias liberales es un tema habitualmente debatido, y suele manifestarse en la sugerencia de que determinados grupos de presión como pudieran ser grupos empresariales ejercen una influencia desmedida en el proceso político. Esto no debe ser confundido con otras formas de oligarquía que pudieran estar presentes en dichos regímenes. Por ejemplo, el control de los medios de comunicación por parte de unos pocos puede llevar a una distorsión más específica del proceso electoral, de modo que los medios son un elemento vital en unas elecciones (ver oclocracia). Ciertos grupos sostienen que la crítica a la situación del momento o a una agenda concreta tiende a ser ocultada a través de grupos mediáticos para así proteger sus propios intereses.15 Los partidarios contestan que la libertad de expresión hace posible tanto para las organizaciones lucrativas como para las sin ánimo de lucro debatir estas cuestiones. Argumentan que la cobertura mediática en las democracias simplemente refleja las preferencias del público, y no supone censura. Marxistas,16 socialistas17 y anarquistas18 sostienen que las democracias liberales son parte integrante del sistema capitalista, además de que se basan en la división en clases sociales y no son plenamente democráticas o participativas. Es una democracia burguesa donde sólo los más poderosos mandan. A causa de esto es vista como un sistema desigual que funciona de modo que facilita la explotación económica. Por el contrario, para Vilfredo Pareto la plutocracia dominante no es tanto el gobierno de los hombres de negocios como el gobierno de los políticos expoliadores que apelan al poder público para su beneficio personal.19 Si la minoría dominante en realidad es un conjunto de grupos cuyos intereses por momentos divergen, la competencia política puede en ciertas circunstancias inducir a los líderes a buscar el apoyo de la mayoría promoviendo los intereses de ésta.
Explicación:
Plutocracia (del griego πλουτοκρατία, ploutokratía, ploutos 'riqueza' y kratos 'poder') es una forma de oligarquía en la que una sociedad está gobernada o controlada por la minoría formada por sus miembros más ricos. El primer uso conocido del término se debe a Jenofonte.1 Al contrario que otros sistemas como la democracia, el capitalismo, el socialismo o el anarquismo, la plutocracia no está fundamentada en ninguna teoría de filosofía política. El concepto es habitualmente empleado en un sentido peyorativo,2 para prevenir de los riesgos de un sistema de gobierno excesivamente influido por los estratos más acaudalados de una sociedad. En ese sentido, la plutocracia se presenta como una síntesis crítica que se hace a la democracia, al sufragio universal y al parlamentarismo, cuyo funcionamiento puede verse excesivamente distorsionado por los miembros más ricos de una sociedad.34
Índice
1 Concepto
2 Historia
2.1 Plutocracia y financiación de partidos
3 Situación actual
4 Véase también
5 Referencias
5.1 Bibliografía
5.2 Notas al pie
6 Enlaces externos
Concepto
En su visión clásica, la plutocracia suele considerarse un tipo de oligarquía. Esto viene promovido por las experiencias en algunas ciudades-estado de la Grecia clásica (Corinto, Tebas y, en algunas fases de su historia, Atenas),5 la República Romana de 300 a 146 a.C,6 la antigua Cartago,7 o algunas ciudades-estado de Italia medieval (Génova, Venecia y Florencia).8 En dichos casos, las élites económicas pudieron ejercer un papel desproporcionado o un control absoluto del poder político o social. Además, en muchos casos (Roma, Corinto o Venecia, como ejemplos) las élites limitaban el acceso a la representación política de los habitantes de dichos estados vinculándola a unos requisitos mínimos de riqueza.
Sin embargo, la plutocracia no debe confundirse por regla general con sistemas donde el ejercicio de la ciudadanía está vinculado a una riqueza mínima. Por ejemplo, en los sufragios censitarios se exige una contribución mínima a las finanzas públicas (censo) para poder votar, pero estos sistemas no son plutocráticos a priori porque las contribuciones no pasan necesariamente a fomentar únicamente los intereses de las clases plutocráticas. Tal era el caso, por ejemplo, del Reino Unido antes de 1828: el sufragio estaba restringido únicamente a ciudadanos con una renta anual mínima, solo conseguían el derecho a voto los ciudadanos de clase alta y clase media con riquezas suficientes, pero las elecciones conducían a un sistema representativo articulado en torno a partidos cuyos objetivos políticos no eran necesariamente los de satisfacer los intereses de los ciudadanos más ricos.9
Aunque no de manera exclusiva, la plutocracia suele conformarse en regímenes representativos, cumpliendo las siguientes características generales:
La representación atiende únicamente a aquellos que le apoyaron, no ateniéndose al mandato de la voluntad general. Los apoyos son las élites económicas, esto es, los plutócratas.
Existe la posibilidad de que el mandatario sea revocado en cualquier momento por voluntad de los plutócratas.
Existe la responsabilidad del mandatario ante aquellos que le apoyaron, con obligación de rendir cuentas de su gestión.
El carácter limitado y explícito de los poderes de los que dispone el mandatario estará sometido a instrucciones vinculantes de los plutócratas.
Se trata pues de un tipo de mandato imperativo y vinculante que establece un nexo de unión inmediata entre plutócratas y mandatario. Esta estructura suele aparecer en aquellos sistemas de gobierno en los que aquellos que ostentan el poder político y legislativo son ordenados por el poder económico.