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Mediocracia. La sociedad del sándwich mixto: por qué los mediocres dominan el mundo
El día que le diagnosticaron un extraño cáncer de páncreas, Steve Jobs, entonces presidente de Apple, mandó un mail a todos sus empleados para tranquilizarles. «Tengo una forma muy rara de cáncer llamada tumor neuroendocrino», decía el correo electrónico. «Puede ser curado si se elimina quirúrgicamente tras ser diagnosticado a tiempo». Siete años después murió.
Su biógrafo oficial, Walter Isaacson, reveló entonces que durante nueve meses de 2004, Jobs, uno de los grandes genios del siglo XX, se había negado a operarse porque la intervención era demasiado «invasiva» y había decidido, en cambio, tratarse la enfermedad con sesiones de acupuntura, espiritistas y zumos naturales.