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La amistad es tan fuerte e inesperada que a veces la podemos encontrar en las personas que menos nos imaginamos, vienen en diferentes tamaños, colores y hasta diferentes gustos sexuales. Sí, un homosexual puede brindarte la misma amistad que una persona heterosexual, y es increíble lo que puedes aprender de ellos.
Vivimos en un mundo donde ya se demostró que una pareja del mismo género le puede dar el mismo amor a un hijo que una pareja heterosexual. Que tengan un gusto por su mismo sexo no determina ni tiene relevancia en el cariño que esta persona puede tener hacia los demás. Por eso, yo propongo que nos hagamos dos preguntas: ¿Por qué no abrirnos a ellos? ¿Por qué negarle la oportunidad a alguien de darte la mejor amistad sólo por su preferencia sexual?
Puedo decir con orgullo que una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida es tener dos mejores amigos gays; me han dado alegrías, me han hecho llorar de tanta risa y estoy llena de buenos momentos que hemos compartido. Todos los días vivo una experiencia nueva con ellos, son un mundo de aventuras, podríamos ser los 3 mosqueteros. Me han aceptado más que otras personas y he aprendido de ellos cosas tan importantes que jamás encontraré la manera de podérselos agradecer.
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