Nombra 3 Hábitos de la higiene masculina y femeni
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Higiene genital masculina y femenina
Los genitales masculinos y femeninos deben enjabonarse y lavarse a diario, aunque es preciso saber cómo hacerlo de manera correcta
Ducharse es una rutinaiaria para la mayoría de las personas y no tiene mayor secreto. Sin embargo, la higiene genital precisa de unos cuidados específicos para mantener en óptimas condiciones de salud esta zona del cuerpo, a la que no siempre se le presta la atención necesaria. ¿Cómo se realiza una buena higiene de los genitales? ¿Cuáles son las medidas que hay que tener en cuenta? ¿Qué aporta la utilización de productos específicos, como los geles o jabones con pH neutro? En este artículo se da respuesta a estas y otras cuestiones en torno a la higiene genital masculina y femenina.
La ducha diaria forma parte de la higiene de muchas personas. Ya sea para despejarse por la mañana, para relajarse después de una jornada dura, después de practicar actividad física o solo para mitigar el calor en la época en que las temperaturas aprietan, se ha convertido en una rutina. Sin embargo, las voces expertas recomiendan no excederse en su frecuencia ni tampoco en el uso de productos químicos, ya que tanto el exceso de agua como de jabones puede alterar el manto lipídico de la piel, que le confiere protección.
Pero, ¿qué sucede con los genitales? ¿Cuáles son las medidas que hay que tener en cuenta en su higiene? Los genitales, tanto los masculinos como los femeninos, son zonas del cuerpo a las que hay que dedicar una atención especial. Junto con los pies y las axilas, los genitales son partes que deberían ser enjabonados a diario, igual que sucede con las manos, cuya frecuencia debería ser muy superior, para evitar la transmisión de gérmenes. Sin embargo, la higiene íntima no hay que hacerla de cualquier manera.
Higiene genital femenina
Las duchas vaginales eliminan la flora vaginal protectora y pueden favorecer las infecciones
La higiene íntima femenina tiene una norma de oro que es trasladable a cada vez que se va al baño: los movimientos de limpieza siempre deben ser de delante hacia atrás. Esta acción es fundamental para evitar pasar los gérmenes del área anal a la vaginal, que podrían provocar infecciones. De igual manera se debe proceder en el secado, con una toalla distinta a la del resto del cuerpo, utilizando distintas partes de la toalla, si se realiza de forma repetida, y ser muy minuciosa en el secado de los pliegues.
La frecuencia depende de la actividad física de cada día y de si se tienen pérdidas de orina, pero con la ducha de la mañana sería suficiente. Eso sí, "es preciso usar productos con pH adecuado a cada etapa de la vida de la mujer", puntualiza Gema García Gálvez, ginecóloga y responsable de la Unidad de Suelo Pélvico del Hospital Quirón de Madrid.