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Son capaces de eliminar la materia orgánica producida por los organismos devolviendo al agua los nutrientes necesarios para que continúe la cadena trófica y con ella la vida
Los que hayan visto una laguna se habrán maravillado de las docenas de especies de plantas, aves y peces que la habitan, pero si se observa al microscopio una gota de agua de esa laguna nos daríamos cuenta de que existen, no docenas, sino cientos de especies de organismos microscópicos, desde bacterias, hasta algas y protozoos o muchos tipos de zooplancton, por lo que las especies que observamos a simple vista son sólo una minúscula proporción de toda la diversidad biológica que albergan estos ecosistemas. La Tesis Doctoral realizada por Ana Conty Fernández, y dirigida por Eloy Bécares Mantecón, del Departamento de Biodiversidad y Gestión Ambiental de la Universidad de León, tuvo como objetivo conocer la riqueza y función de los microorganismos, especialmente bacterias y protozoos, en las lagunas y humedales esteparios de Castilla y León. Dentro de los organismos microscópicos las bacterias son los más abundantes. Con tamaños inferiores a una micralas bacterias tienen la importante función de eliminar la materia orgánica producida por todos los organismos a través de sus excreciones o tras su muerte, devolviendo al agua los nutrientes fundamentales que los constituyen. Sin la actividad de estas bacterias, las algas y otra vegetación acuática no podría volver a reutilizar los nutrientes liberados en la descomposición, y las cadenas de alimentación de herbívoros y carnívoros se detendrían. Millones de bacterias Las concentraciones de bacterias encontradas en las lagunas de este estudio han llegado a superar los 70 millones de bacterias por mililitro, abundancias muy superiores a las descritas hasta el momento en otros lagos y lagunas del resto del mundo y que indican la mayor importancia de estos descomponedores en nuestros ecosistemas. Los principales consumidores de bacterias son los protozoos, otros organismos microscópicos dentro de los cuales los flagelados y los ciliados son los dos grupos más representativos. Sus tamaños oscilan entre las 10 y las 400 micras y se han encontrado en concentraciones de entre 200 y 40.000 flagelados y entre 1 y 600 ciliados por mililitro de agua de las lagunas. Las bacterias y los protozoos son los componentes fundamentales de la red trófica microbiana. Al servir de alimento para otros animales del plancton como los rotíferos y cladóceros, los componentes de esta red trófica microbiana reintroducen la materia orgánica, que en otro caso se perdería en el ecosistema, dentro de la red trófica clásica compuesta por las algas, el zooplancton y los peces, por lo que las bacterias y protozoos son un componente clave en la transferencia de materia y energía en estos ecosistemas acuáticos. Otro de los intereses de los biólogos es identificar los organismos que viven en la naturaleza, para lo que se utilizan caracteres morfológicos diferenciadores que nos permiten distinguir un pez de una rana o un junco de un nenúfar. Sin embargo, el estudio de los microorganismos, debido a su pequeño tamaño y a su similitud morfológica, ha obligado a desarrollar métodos más complejos que los empleados para otros componentes de las redes tróficas, permitiendo «hacer visible lo invisible». En las lagunas someras, y a pesar de que los estudios demuestran que estos ecosistemas contribuyen de forma extraordinaria a la diversidad biológica, la información existente acerca de estos microorganismos ha sido muy escasa ya que la atención ha estado centrada fundamentalmente en los océanos y lagos profundos. Además, las lagunas someras, uno de los ecosistemas acuáticos más numerosos del planeta, se ven gravemente amenazadas por la actividad humana a través del aporte excesivo de fertilizantes o de la actividad ganadera, por el aporte de pesticidas y otros tóxicos o por la introducción de especies exóticas. Una de las alteraciones más importantes es la eutrofización, o aumento de nutrientes (nitrógeno y fósforo) en el agua. Estos procesos de eutrofización implican, entre otros, cambios en la abundancia y estructura de la red trófica microbiana, los cuales provocan efectos muy importantes en los flujos de nutrientes y energía que se dan en la columna de agua. El conocimiento del papel de la red trófica microbiana es por tanto un requisito indispensable para predecir cómo los ecosistemas acuáticos pueden verse afectados por estas perturbaciones
Explicación:
Espero que te sirva de algo