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[ Introducción ]
Sin duda que todo manejo alimentario que se realice en cualquier especie de interés económico, "debe sustentarse sobre un acabado conocimiento de su fisiología digestiva y requerimientos nutritivos.
En general, en las explotaciones de tipo intensivo, la alimentación constituye uno de los costos de operación más importante, pero además ejerce una gran influencia sobre el resto de los pilares de la producción. Un animal, sólo con un buen plano nutritivo podrá expresar su máximo potencial productivo, reproductivo, genético y (especialmente en el conejo por su sistema digestivo) sanitario.
Si clasificamos a las especies domésticas por su fisiología digestiva, sin duda que el conejo es un "caso aparte" y representa un ejemplo típico de adaptación a condiciones ambientales difíciles, especialmente desde un punto de vista alimentario. Todos los seres vivos, a través de milenios, han sido sometidos al proceso de selección natural que ha permitido la sobrevivencia de aquellos que por medio de graduales y sucesivos cambios adaptativos, han desarrollado estructuras anatómicas y funcionales que les han permitido enfrentar determinadas condiciones ambientales. En este sentido uno de los principales factores ambientales que condicionan la sobrevivencia es la disponibilidad de recursos alimentarios; y los seres vivos, en su lucha por la vida han desarrollado y/o modificado órganos y funciones capaces de optimizar la utilización de los alimentos disponibles y de integrar o adicionar a la dieta productos de síntesis.
En el conejo el proceso que caracteriza su fisiología digestiva se denomina "cecotrofia" y fue observado y descrito por primera vez por el Médico Veterinario francés Charles Morot en 1882. Otras especies que lo presentan son la liebre, castor, Koala y los lemings de Escandinavia. Este consiste básicamente en que a partir de residuos alimentarios que ya sufrieron una digestión gástrico-intestinal; en el ciego y colon se produce un tipo de excreta (cecotrofo) con características físico químicas distintas a las fecas propiamente tales. Este cecotrofo es eliminado con cierta ritmicidad y a partir de la tercera semana de vida, el animal lo ingiere directamente del ano sometiéndolo a un segundo proceso digestivo. Este proceso no debe confundirse con la coprofagia, ya que el conejo no ingiere las heces, sino que el cecotrofo que por su significado nutricional es considerado un alimento verdadero. Luego Ciego, cecotrofia y cecotrofo, constituyen respectivamente, el órgano, la función y el producto de síntesis de este complejo proceso que ha permitido al conejo lograr una alta eficiencia.
[ Bases anatómicas del sistema digestivo del conejo ]
El conejo presenta algunas particularidades anatómicas (ver figura 1) en su sistema digestivo. En primer lugar, su dentadura no presenta caninos, sus dientes no poseen raíz típica y son de crecimiento continuo, por lo que deben realizar un permanente desgaste por la acción de roer. Su fórmula dentaria es la siguiente:
i
2,
c
0,
p.m.
3,
m
3
-
1
-
0
-
2
-
3
Fig. 1. Aparato Digestivo del conejo (Adaptado de Lebas, 1975 y 1979)
La prehensión de los alimentos la realiza por medio de los incisivos, lengua y su labio superior, que tiene una hendidura característica (labio leporino) y está dotado de una gran movilidad.
Su estómago es uno de los órganos voluminosos con capacidad de hasta 200 cc y se caracteriza por tener una musculatura débil, por lo cual el conejo no vomita. Anatómicamente se distinguen dos sectores: la zona cardial o fundus, de paredes finas y que actúa como reservorio y el antro pilórico con mucosa glandular y paredes algo más gruesas.
El intestino delgado es similar al de otros monogástricos y mide alrededor de 3 mts. Al final de este órgano se encuentra la válvula ileocecal que juega un rol importante en el paso del contenido intestinal a ciego y colon. Hasta esta porción del sistema digestivo, el proceso de digestión de los alimentos es similar al de otros monogástricos como por ejemplo, el cerdo.