• Asignatura: Historia
  • Autor: Julietaok
  • hace 7 años

qué eran las “guerras cafres” y qué consecuencias tuvieron

Respuestas

Respuesta dada por: andreinacastro
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Respuesta:

La ganancia territorial y el provecho que se pudiera sacar a los territorios conquistados fue indudablemente una de las razones principales del Scramble for Africa, sucedido en el último cuarto del siglo XIX. Ese término puede traducirse como ‘rebatiña por África’ y se refiere al proceso de conquista y repartimiento de la mayor parte del continente por las potencias europeas que ocurrió entre 1880 y 1914. La Conferencia de Berlín,[1] en noviembre de 1884, sentó las bases para el descarado reparto de territorios que culminó en la ocupación colonial de 90 por ciento de África; pero, ya un poco antes, los británicos habían realizado avances en esa conquista en el extremo sur del continente negro.

La imposición del gobierno británico en Sudáfrica tomó la forma de ataques de numerosas dimensiones en contra de la organización social tradicional y de la cultura: 1) militar y políticamente, la población africana fue sometida; 2) económicamente, la población desplazada y derrotada fue reclutada, primero como fuerza de trabajo en la agricultura y después en la minería de diamantes y oro; 3) ideológicamente, los africanos fueron sistemáticamente domesticados al ser convertidos en el aspecto menos utilizable de la cultura europea –el cristianismo–; y 4) socialmente, un proceso de atomización radical destrozó el tejido de las estructuras sociales tradicionales… Desde 1806 y hasta 1906 Sudáfrica estuvo caracterizada por una serie ininterrumpida de guerras. Las consecuencias de la victoria y de la derrota fueron enormes y son todavía una plaga en la sociedad sudafricana de hoy, debido a que crearon una sociedad de vencedores y vencidos (Magubane, apud Varela, 2000: 137).

En 1652, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales estableció un asentamiento permanente en el lugar donde hoy se levanta Ciudad del Cabo, para abastecer las naves que realizaban el comercio entre Europa y el Lejano Oriente. Poco a poco, fueron llegando colonos protestantes de los Países Bajos que importaron esclavos de Indonesia a fin de que trabajaran para ellos en las granjas agrícolas y las estancias ganaderas, ya que la población nativa se mostraba muy reticente a participar en esas empresas de los nuevos amos. Cuando Holanda se alineó con el imperio de Napoleón Bonaparte (1795-1803), los británicos ocuparon El Cabo con el objetivo de mantener abierta la comunicación con sus posesiones en Oriente, especialmente con la India. Finalmente, en 1814, se instauró una administración colonial británica, que hacia 1843 se extendió a la vecina provincia de Natal.

Durante todo ese tiempo de dominación británica, en la excolonia holandesa hubo continuos enfrentamientos entre los europeos y los nativos africanos; fueron las llamadas “guerras cafres” (kaffir’s wars)[2] contra las poblaciones xhosa de origen bantú,[3] a veces en la forma de disputas fronterizas, pero que en última instancia alcanzaron mayor dimensión y terminaron con el sojuzgamiento total de las tribus xhosa. Estas guerras de conquista marcarían la pauta de los futuros conflictos desatados para dominar a los pueblos zulúes. En su informe a la Corona, el gobernador británico de ese momento (guerra de 1811-12) expresaba cínicamente el punto de vista que imperaría durante todo el siglo XIX: “Estoy feliz de añadir que en el curso de este servicio no ha habido más sangre kaffir derramada que la que parecía necesaria para impresionar en las mentes de estos salvajes un grado adecuado de terror y respeto” (apud Varela, 2000: 150).

La abolición de la esclavitud[4] en Gran Bretaña y sus colonias en 1834 desató nuevas tensiones entre los viejos colonos bóeres y la administración británica que era apoyada por los nuevos inmigrantes. Buscando escapar a la jurisdicción británica, los bóeres aceleraron su movimiento migratorio hacia el noreste, hasta las tierras del este sudafricano, habitadas por otros pueblos bantúes que en ese mismo tiempo también realizaban un movimiento expansivo conducido por una etnia poco antes desconocida: los temibles zulúes. La ruta de colisión estaba trazada, y, aunque Gran Bretaña desconfiaba de los autonomistas bóeres, decidió que, antes de ponerlos en orden, lo primero era lidiar con los africanos.

Explicación:


Julietaok: mucho texto
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