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La caída de la Casa Usher” es un cuento de terror del escritor Edgar Allan Poe, considerado uno de los más importantes de su producción narrativa. Fue publicado por primera vez en la revista Burton's Gentleman's Magazine, en 1839. Se trata de la quintaesencia del relato gótico: una casa embrujada, un paisaje sombrío, dos hermanos gemelos, una enfermedad oscura… Todos los elementos del género confluyen en este relato y, sin embargo, gran parte del horror que inspira esta historia se debe a su vaguedad. Estamos solos con el narrador en este espacio embrujado, y ni nosotros ni el narrador sabemos por qué. Es una de las obras de su autor preferidas por la crítica y la que el propio Poe consideraba de las más logradas que había escrito. Se trata de un relato largo, complejo y literario, con una densa materia narrativa por las numerosas citas que contiene, los títulos de libros, y hasta poemas completos. Poe logra amalgamar todos esos elementos en una síntesis armoniosa y fascinante.
El extraordinario narrador que fue el estadounidense Edgar Allan Poe (1809-1849) apenas necesita presentación, pues el conjunto de sus relatos forma una obra maestra cuya influencia pervive hoy en numerosos escritores y que no ha dejado de ser una referencia de la literatura universal durante los dos últimos siglos. Traducidos al castellano por otro genio de las letras, Julio Cortázar, su lectura sigue sobrecogiendo y causando admiración a lectores de todo el mundo. Poe está reconocido como uno de los maestros universales del relato corto, del que fue uno de los primeros escritores en su país, pero fue también un singular renovador de la novela gótica, especialmente valorado por sus cuentos de terror. Así mismo, está considerado el creador del relato detectivesco y contribuyó con varias obras al género emergente de la ciencia ficción. Títulos como “La narración de Arthur Gordon Pym” (1838), “La caída de la Casa Usher” (1839), “Los crímenes de la calle Morgue” (1841), “El pozo y el péndulo” (1842), “El escarabajo de oro” (1843), “El gato negro” (1843), “El entierro prematuro” (1844) o “El barril de amontillado” (1846), entre otros, siguen siendo leídos como auténticas obras maestras de la literatura de todos los tiempos.