Una entrega total a hacer la voluntad de Dios en obediencia con sumisión total no importa lo que cueste hacer la voluntad de Dios: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Romanos 12:1-2).
"Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días" (Hechos 1:4-5). "A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís, Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare." (Hechos 2:32-33, 39).
Señor, qué promesa tan increíble. ¡La mayor de las promesas! La promesa de tu venida a llenar nuestra vida para darnos vida y vida en abundancia. Ayúdanos hoy a reclamar tu promesa y a abrir nuestros corazones para que Jesús nos bautice con el Espíritu Santo dándonos poder y pureza2.
1. Según el texto ¿Qué se necesita para participar de las promesas que Dios ha ofrecido?
2. Elabore un escrito, donde relacione todas recomendaciones que propone Jesús, compáralas con las acciones que a diario realizas, como creyente, cristiano y testigo de Cristo. (Enfocado en su religión). 3. Identifica las palabras claves de cada párrafo, y luego elabora un escrito, proponiendo una invitación a todos los creyentes a no desfallecer para gozar de las promesas de Dios. (Enfocado en su religión)
Respuestas
Respuesta:
sus palabras de despedida, Jesucristo dio a sus Apóstoles la promesa de su retorno: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Jn. 14:3). Esta promesa del Señor fue confirmada por los ángeles mientras ascendía al cielo: “Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo" (Hch. 1:10-11).
Cuál será el día y la hora en que retorne Jesucristo, esto no lo sabe ningún hombre ni ningún ángel; sólo Dios lo sabe. El Hijo de Dios pide reiteradamente que se esté velando: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor" (Mt. 24:42; comparar con Lc. 21:36).
Mediante parábolas, Jesús clarifica su advertencia de velar y esperarlo a toda hora con fe (Mt. 24:43-51; 25:1-30). Los primeros Apóstoles del cristianismo estimulaban a los creyentes a que se preparasen para el retorno del Señor. Así el Apóstol Pablo se dirigió a la iglesia de Corinto con el llamado a la oración usado en aquel tiempo: “¡Maran-ata!", que significa “Nuestro Señor viene!" o: “¡Nuestro Señor, ven!" (1 Co. 16:22).
El llamado a estar velando también se pone de manifiesto en el libro del Apocalipsis de Juan. Jesucristo dice allí: “He aquí, yo vengo pronto" (Ap. 3:11; 22:7, 12 y 20), exhortando con ello a cada creyente a orientar su vida conscientemente al retorno de Cristo (ver 10.1).
La espera del cumplimiento de las promesas del Señor también hoy está en el centro de la fe nuevo apostólica, así como la esperanza de poder vivir personalmente el retorno de Cristo y el arrebatamiento para estar con Él. En 1 Juan 3:2 dice al respecto: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es".
"Wonka dijo gozalo" :v
Explicación:
coronita plisssss :3