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Respuesta:
espero que te ayude la explicación y perdón si es muy larga
Explicación:
Guatemala quedó atrapada en la globalización económica neoliberal. En efecto, con un Estado débil al servicio de las clases dominantes, con el “ajuste estructural” impuesto por los organismos financieros internacionales, con la ratificación de su dependencia en los tratados de libre comercio, en fin, con grandes dificultades para sacar beneficio de la globalización, este país, caracterizado entre otras cosas por su enorme riqueza natural, histórica y cultural, pero también por sus altos niveles de injusticia social, quedó sumido en una situación económica aprovechada exclusivamente por el gran capital nacional y transnacional.
Pero en Guatemala no todo es desolador. En ese contexto poco halagüeño para los guatemaltecos, una serie de movimientos sociales mantienen con sus luchas la esperanza de un cambio radical, no obstante la represión habitual de los aparatos del Estado, y no obstante el letargo provocado por los movimientos religiosos fundamentalistas surgidos en medio de la guerra de 1960 a 1996.
En Guatemala, en ese sentido, podemos hablar de la existencia de movimientos sociales de vocación revolucionaria susceptibles de transformar las relaciones humanas en su nivel fundamental, es decir, las relaciones neocoloniales entre “cosas” por relaciones libres de alienación entre personas, como es el caso del movimiento indígena que entre otras cosas plantea la refundación del Estado y el establecimiento de una sociedad libre de discriminación y racismo, el del movimiento de mujeres que lucha por la abolición de la sociedad patriarcal y el establecimiento de relaciones de igualdad entre hombres y mujeres, y, más recientemente pero no por eso menos importante, el movimiento contra la minería —de fuertes rasgos campesinos e indígenas— que, desde las mismas bases de las comunidades, está creando un sistema democrático local auténticamente representativo que pone en entredicho la legitimidad misma del Estado y sus autoridades.
Lo mismo podemos decir de los movimientos sindical, campesino y popular que, no obstante la represión a la que han estado sometidos en intensidades diversas desde la caída en 1954 del presidente democrático Jacobo Árbenz, siguen luchando muchas veces contra corriente por instaurar una sociedad con justicia social. Pero en Guatemala también existen movimientos de inspiración reaccionaria que, instrumentalizando la religión en favor del statu quo social, producen ideologías construidas sobre la base de visiones escatológicas de la realidad que, en un nivel individual, se traducen en aceptación, resignación o simple pasividad ante las injusticias del sistema.