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REPUESTA:Que los seres humanos tenemos cinco sentidos es una de las primeras enseñanzas que recibimos de pequeños. (Nada nuevo bajo el sol). A través de ellos, podemos elegir y repetir nuestro color preferido, chuparnos los dedos con nuestra comida favorita, ensoñarnos con esa canción que nos encanta, asociar un olor con papá y mamá y el hogar, rechazar eso que nos eriza la piel, etc, etc.
No, no voy a hablaros del funcionamiento biológico de esos cinco sentidos, no os asustéis, ni entraré en detalles sobre los diferentes órganos sensoriales que se implican y conectan al sistema nervioso para que cada uno de ellos actúe, uff uff. Sí lo desarrollaré a grandes rasgos ahora, eso sí, y en pequeñas dosis después, cada uno con su momento y artículo y protagonismo. ¿Os apetece?
¿Por qué son importantes los cinco sentidos?
Oír, tocar, oler, ver y sentir son las cinco palabras que siempre acuden a nuestra mente cuando hablamos de nuestras percepciones o, dicho de otro modo, de nuestros cinco sentidos. Cada uno de ellos son perspectivas.
Y al igual que ocurre con la parábola hindú de esos ciegos que tocan un elefante y luego ponen sus descripciones en común, para darse cuenta al final de que no coinciden entre sí con el animal descrito, pues cada uno ha tocado, sin saberlo, una parte diferente del animal, los cinco sentidos actúan como cinco perspectivas del mundo, cinco fuentes de información.
La nariz hablaría de su olor a selva salvaje; el oído, de su barrito de trompeta; el tacto, de su piel rugosa y seca y flexible y gruesa; la vista, de su color natural y la forma de su anatomía. Y el gusto… bueno, allí ya estaríamos hablando de zamparte a un pobre gigante en peligro de extinción (así que ni lo intentéis).
A diferencia de esos hombres que exploran al elefante, cegados por la oscuridad, y que piensan que su perspectiva es diferente, única, los cinco sentidos no trabajan por separado, en cambio, sino que colaboran estrechamente.
Después de todo, nunca nos valemos únicamente de uno solo de ellos, sino que los cinco se unen para que nuestra mente cree un mapa de percepción y conexión, de imagen e información, de aprendizaje y recuerdos. Y cuando andamos cojos de alguno de ellos, el resto sigue comunicándose para suplir ese déficit.
Explicación: