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Respuesta:
1. Calienta el cuerpo
Es importante calentar el cuerpo antes de estirarse. En yoga hacemos entre 5 o 10 saludos al sol para mover la sangre y elevar la temperatura corporal. Estirar los músculos sin calentarlos previamente es peligroso ya que puede causar sobre-estiramientos. Así que cuida ese primer paso.
2. ¡No empujes!
Estirarse es una sensación placentera, no dolorosa. Respira lento y profundo manteniendo la postura estática y una mente tranquila. Envía energía y aliento a las zonas más rígidas sin forzar o rebotar.
3. Estira el músculo y no la articulación
Asegúrate de que el estiramiento ocurre en el músculo y no en la articulación. Un ejemplo: hay una tendencia común a hiper-extender las rodillas. Eso crea presión – y dolor – en los tendones detrás de la articulación. Es una sensación a evitar a toda costa. Quieres sentir que estiras suavemente el vientre del músculo, nunca presión en una articulación.
4. Concéntrate en los principales grupos musculares
Cuando eliges tus ejercicios de estiramiento, concéntrate en zonas como la pantorrilla, la parte frontal y posterior del muslo, el tronco, el pecho, los hombros y el cuello.
5. Repite con regularidad
Para mejores resultados practica tus estiramientos regularmente. Necesitarás entre 10 y 20 minutos tres veces a la semana. Recuerda que esto es un regalo, no un castigo. Al acabar, agradecerás haberlo hecho.
Espero que este artículo te haya animado a incorporar unos estiramientos en tu rutina diaria. Y ojalá te atrevas a comenzar con el yoga. A veces, para comprometerse a un habito nuevo, es más fácil apuntarse a una clase regular una vez por semana