Respuestas
Respuesta:
En el ámbito del Trabajo Social están adquiriendo fuerza nuevos enfoques que ponen el
foco en las fortalezas de los personas. El éxito de su impronta radica en la adecuación que tienen
dichos enfoques a los planteamientos vertebradores del Trabajo Social como disciplina y profesión.
El enfoque centrado en las fortalezas, el empoderamiento y la resiliencia aportan un nuevo
escenario de comprensión y de guía sobre cómo entender, trabajar y valorar los procesos de
cambio trabajando conjuntamente con las personas en los procesos de intervención, lo que
constituye un cambio de mirada sobre la realidad de las personas y su entorno. En este artículo se
presentan estos conceptos y se revisan algunas implicaciones para su aplicación en la práctica
profesional.
Palabras clave: Trabajo Social, Fortalezas, Empoderamiento, Resiliencia.
Explicación:
En las últimas décadas, el concepto de empoderamiento y el enfoque centrado en
fortalezas, han captado la atención de numerosas profesiones de ayuda, entre las que se
cuenta el Trabajo Social (Addams, 2006; Cattaneo y Chapman, 2010, Saleebey, 2001). La
principal aportación de estos conceptos es la transmisión de una mirada positiva sobre los
individuos, que resalta sus fortalezas y alienta y promueve acciones orientadas a lograr un
cambio en la vida de los individuos y su comunidad (Rivest y Moreau, 2014).
La Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS) propuso en su Asamblea
de Montreal en Julio del 2000, una definición del Trabajo Social que plantea que “promueve el
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cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y
liberación del pueblo para incrementar el bienestar. Mediante la utilización de teorías sobre
comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en
los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los Derechos Humanos y la
Justicia Social son fundamentales para el trabajo social.”1 Así, la FITS señala que la misión del
Trabajo Social es la de facilitar que todas las personas desarrollen plenamente sus
potencialidades, y enriquezcan sus vidas así como trabajar para la prevención de las
disfunciones.
El enfoque centrado en fortalezas y en el empoderamiento, se alinea claramente con
este planteamiento sobre la finalidad del Trabajo Social que considera que los trabajadores
sociales son agentes de cambio en la sociedad y en las vidas de las personas, familias y
comunidades con las que trabajan. Implica para los profesionales “volver a inventar su práctica
y sus percepciones de determinados problemas” (Smale y Tutson, 2003).
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