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El llamado acuerdo patriótico entre el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), del presidente Jaime Paz Zamora, y la Acción Democrática Nacionalista (ADN), del ex dictador general Hugo Bánzer, se ha convertido en un factor de estabilidad para Bolivia, una simbiosis a la que parecen condenadas estas dos fuerzas políticas, antagónicas en el reciente pasado del país andino. Se trata de una alianza antinatura, por cuanto Bánzer significa para muchos bolivianos el símbolo más palpable de la represión del movimiento democrático.
ENVIADO ESPECIALEl acuerdo entre el MIR de Paz Zamora y la ADN (le Hugo Bánzer marcha adelanto entre las críticas de la izquierda, derrotada electoralmente y sacada de sus casillas, y provoca también el recelo de algunos sectores, que ponen en duda la convicción del Gobierno de MIR-ADN en llevar hasta el fondo la política de austeridad en el gasto y ajuste económico.Circula por La Paz un chiste muy ilustrativo de los recientes desarrollos de la política boliviana. Cuentan que los tres candidatos más votados en la elección presidencial del 7 de mayo pasado acudieron al santuario de la Virgen de Copacabana, patrona de Bolivia, para pedirle su ayuda. El candidato del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), el ex ministro de Planeamiento Gonzalo Sánchez de Lozada, conocido popularmente por Goni, pidió a la Virgen ganar las elecciones. Jaime Paz (MIR) pidió ser presidente. Bánzer pidió seguir gobernando. La Virgen hizo el milagro de conceder a cada uno lo que pedía. Ninguno de los candidatos tuvo mayoría absoluta y la elección presidencial se decidió en el Congreso. El milagro del chiste de la Virgen de Copacabana fue perfecto: Goni (MNR) ganó la elección, pero como no consiguió la mayoría absoluta, Jaime Paz (MIR) salió elegido presidente en la votación en el Congreso, y Bánzer (ADN) puede seguir gobernando gracias al acuerdo patriótico entre el MIR y la ADN.
Esta alianza entre enemigos de antaño parece ir más allá de lo que muchos se podían imaginar hace un año. El partido de Bánzer, la ADN, celebró hace días su undécimo aniversario, y la luna de miel entre las cúpulas del MIR y la ADN se atragantó a más de uno. Muchos recuerdan los días de la dictadura del ex general, entre 1971 y 1978, cuando muchos miristas sufrieron la tortura y el destierro. El grado de entendimiento entre el MIR y la ADN se expresó de forma palpable en aquella cena aniversario en las palabras del secretario general del MIR, Óscar Eid, que lanzó la candidatura de Banzer para 1993 y llegó a insinuar la posibilidad de una fusión de los dos partidos.
El Guerra de Paz
Los iniciados describen a Eid como una especie de Rasputín y no faltan los que dicen que es "el Alfonso Guerra de Jaime Paz". Se trata sin duda de: un político con gran influencia desde su puesto ejecutivo en el MIR. En presencia de Paz y de Bánzer dijo Eid, en la famosa cena, que ,,aquí, al frente mío, está la alternativa: Jaime Paz Zamora gobernando ahora y ya sabemos quién gobernando mañana". El "ya sabemos quién" sólo podía tener un nombre: Bánzer. Fue todavía más lejos Eid cuando llegó a esbozar la posibilidad de una fusión MIR-ADN. Casi al final de su discurso, Eid preguntó: "El acuerdo patriótico, si el país lo necesita, ¿por qué no vamos a conformar un único y poderoso instrumento político entre todos nosotros?".
El historiador y periodista Carios Meza opina que, en sus ocho meses de vigencia, el acuerdo patriótico "funciona bien y no hay tensiones internas en el poder". Considera Meza que al MIR y a la ADN les va la supervivencia en mantener esa alianza, "la pervivencia del acuerdo es la del Gobierno. Se perdería la confianza si se muestran quiebras. La ADN garantiza la continuidad de la política económica del anterior Gobierno, porque controla el Gabinete económico, menos el Ministerio de Planeamiento, pero no hay que olvidar que Enrique García [actual ministro de Planeamiento, que figura entre la cuota ministerial del MIR] ya había sido subsecretario con Eánzer"A pesar de sus dudas,Toranzo piensa que el actual Gobierno mantendrá el programa económico, porque de ello depende la concesión de los créditos de los organismos internacionales y los programas de ayuda no gubernamentales. Según Toranzo, "Jaime Paz está condenado al modelo y no puede, ni quiere, ni debe serle infiel". Con ironía concluye Toranzo su comentario sobre Paz con la frase: "Los conversos son más creyentes que los que pertenecen a la Iglesia desde siempre".
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