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Respuesta:
La violencia de género es un problema que se produce en todas las sociedades, incluidas las de los países más democráticos y ricos de Europa.
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La violencia de género es un problema que se produce en todas las sociedades, incluidas las de los países más democráticos y ricos de Europa.
Es un tema en el que no existe un total consenso en cuanto a su definición, aunque una de las más correctas y utilizadas es la propuesta por la ONU, que la considera como “todo acto de violencia sexista que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psíquico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la privada”.
Es decir, no es solo como muchas personas piensan violencia física, sino que también comprende la verbal, psíquica, sexual, social, económica, etc.
España fue uno de los países punteros en la lucha contra este fenómeno, que durante muchos años permaneció oculto a los ojos de la población, porque se entendía como un asunto que debía mantenerse en la privacidad del hogar.
Pero desde finales de los 70 se empezó a tomar conciencia de esta lacra, consiguiendo diferentes colectivos que fuese incluido en la agenda política, dando lugar a una legislación específica. Concretamente el caso de Ana Orantes supuso la utilización por primera vez del concepto “violencia doméstica”, que se convirtió en un fenómeno mediático que expresaba muy bien la vulnerabilidad de las mujeres en un ámbito, en él que a priori tendría que dominar la confianza.
Los datos que giran en torno a la violencia de género son considerables, Marta Perela menciona que cada tres minutos muere una mujer en el mundo a manos de un hombre de su entorno; cada cinco minutos una mujer o una niña son violadas y cada dieciocho segundos una mujer es maltratada en el ámbito de su hogar. Las cifras en España también son significativas, cada ocho horas una mujer es violada, lo que supone más de 1000 violaciones al año.
Vu00edctimas mortales
Aunque ha disminuido ligeramente respecto a años anteriores, las cifras pertenecientes a víctimas mortales son muy elevadas, con aproximadamente una media de 60 asesinatos al año, concretamente en 2017 fueron más de 50.
Por tanto, han sido más de 900 las mujeres víctimas desde 2003, año en él que comenzaron a recogerse estadísticas oficiales, número que aún sería mayor si las instituciones interpretaran la violencia de género como aquella que se ejerce contra todas las mujeres por el hecho de serlo, dentro y fuera del ámbito familiar. Si se asumiera esta concepción, habría que incluir a aquellas que mueren por la trata y tráfico, las prostituidas y asesinadas, los suicidios que se producen, etc.
Sin embargo, estos datos muestran sólo la punta del iceberg, ya que detrás de las víctimas mortales se esconde entre otras cosas, un gran número de denuncias por este tipo violencia, unas 130.000 al año, la cifra que parece mantenerse más o menos estable a lo largo del tiempo.
Los datos facilitados por la fiscalía general del Estado revelan que el porcentaje de denuncias falsas es tan sólo de un 0.01%; concretamente durante el periodo comprendido entre 2009 y 2016, de la representativa cifra de 1.055.912 denuncias que se realizaron, únicamente fueron declaradas falsas 79.
Denuncias
A pesar de las dificultades para la contabilización de los casos reales de violencia de género se han dado avances en este aspecto, como empezar a computar a partir de 2013 también a los niños o niñas asesinados por hombres que torturaban a sus madres, desde entonces y hasta 2017 han sido 23 los menores de edad asesinados en estas circunstancias, alcanzando en este último año la cifra de 8, el dato más elevado desde que se analiza este factor.
Otro factor importante a la hora del análisis pueden ser las llamadas realizadas solicitando ayuda al número que se haya disponible, las cuales han crecido exponencialmente desde que se instalara el sistema, alcanzando a día de hoy cifras muy altas.
Llamadas
Mucho más bajas, sin embargo, son los datos pertenecientes a las ayudas ofrecidas a las víctimas de la violencia de género, para algo que puede ser indispensable en este caso, un cambio de residencia. Estas, si bien es cierto que han aumentado progresivamente desde que se implantó el sistema, son muy reducidas en comparación con el número de denuncias y llamadas realizadas por las víctimas de violencia a manos de sus parejas o exparejas.
En los últimos años se ha llegado a las 3.500 ayudas, un número bastante más elevado que en los anteriores, donde estas alcanzaban sólo las 800 o 100. Si bien la progresión es positiva no deja de ser significativa la diferencia entre estas y los casos denunciados.
Ayudas
Situación local
En Salamanca las denuncias por violencia de género crecieron e