• Asignatura: Religión
  • Autor: bon006
  • hace 6 años

¿Por qué Jesús nos regala su Paz?

Respuestas

Respuesta dada por: alvasluispa
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Explicación:

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Juan 14:27. Jesús dio estas palabras a sus discípulos en su mensaje de despedida, y cuán reconfortados ellos estaban al escucharlo

Respuesta dada por: julietamf1
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Respuesta:

El mensaje de Jesucristo está íntimamente ligado a la paz y a nuestro deseo de ella. Es parte central de su enseñanza y del modo que tiene para comunicarnos el amor del Padre.  

Este proyecto es el que se encarna en la persona de Jesús de Nazaret. Es lo que él llama en los Evangelios el Reino de Dios. Por eso, cuando tiempo después de la Pascua, Lucas cuenta la historia del Nacimiento del Mesías a su comunidad, cantan los ángeles; los pastores; María; Isabel; Zacarías; Simeón , todos cantan y alaban de felicidad: porque ha llegado lo que tanto esperaban: la paz.

Este vivo recuerdo de la visita de Dios en la persona de Jesús a su pueblo es lo que celebran los personajes del Nacimiento y por lo que cada año brindamos, nos abrazamos y festejamos. La paz de Cristo está probada al fuego de la cruz y confirmada por la fuerza de su resurrección. Por eso es una paz eterna, profunda, robusta, amplia como la nos urge pedir cada vez que hacemos un minuto de silencio y cerramos los ojos.

Dios envió a su Hijo para revelarnos lo que quiere de nosotros: la fraternidad universal de todos sus hijos invitados a la mesa del Reino de Amor, Justicia y Paz. Pero para que Cristo se haga presente tenemos que dejarlo salir de nuestro corazón para que pueda hacer lo que él sabe.

La paz de Jesús está viniendo siempre a nuestra vida y golpea para poder entrar en nuestro interior y en el de toda la sociedad.  

Por eso, la paz de Jesús viene cuando:

Padres e hijos son capaces de perdonarse y amarse mutuamente.

Miles de hombres se arrepienten de sus injusticias.

En las familias dejamos los rencores y abandonamos el orgullo.

Asumimos nuestra pequeñez y nos dejamos querer y cuidar.

Festejamos y cantamos la vida que se nos regala.

Nos tomamos unos minutos de silencio para darnos cuenta cómo Dios nos cuida.

Entre otros ejemplos.

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