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Lo primero y más importante es la portada que, siguiendo el esquema sería la cara seis. En ella se da el nombre de la institución, empresa, o producto. Es importante que en ella esté presente el logo o escudo, una frase o mensaje inicial y que, aparte, tenga un diseño llamativo que despierte la curiosidad del lector.
En la cara número cinco, que sería la contraportada (lo que irá, al momento de doblarlo, atrás), aparecerá el directorio: cómo contactar a la empresa, institución o cómo adquirir el producto o servicio, los teléfonos, la dirección, dirección web, etc.
Ahora, la siguiente cara, que sería la cuatro, es también de suma importancia ya que es la primera que sale a la vista del lector al momento de abrir el tríptico. Es recomendable que en esa página lo que aparezca sea, las ventajas del producto, empresa, institución o servicio, para que, antes de entrar a detalles de costos, horarios, fechas, actividades a realizar, el lector sienta la necesidad de adquirir o tomar acción respecto de lo que trata el tríptico.
En la parte interior, la cara número uno, que será el reverso de la cara número seis, se hará una breve introducción del producto, institución, servicio, o lo que manejemos en el tríptico, tomando en cuenta que la información que insertemos debe captar la atención del lector de una manera creciente. Hay que buscar que mientras lea, más interesado esté en seguir su lectura y conseguir el producto o servicio.
La cara número dos, que estará en el centro del tríptico en el interior, deberá administrar al lector las características del producto, servicios, institución o empresa, de una manera clara y sencilla, para que el lector no sienta o crea que la adquisición o manejo del producto será difícil o complicada, pero tampoco hay que ser poco objetivos, pues podríamos perder posibles clientes más especializados en el rubro de nuestro producto. Hay que tener en cuenta ambos tipos de lectores.
Y por último, la cara número tres del interior nos dará una propuesta de acción a realizar, ya sea la adquisición del producto, afiliación a una institución, o contratación de servicios. En ella debemos ser muy inteligentes, y no decirle al lector de manera llana e imperativa que adquiera el producto, sino tratar de pintar la situación como una necesidad, de lo contrario, el lector se dará cuenta que es una mala publicidad y que posiblemente nunca requiera del servicio, producto, o institución.
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