¿Qué sugerencias incorporarías en tu borrador? ¿Qué tema deberías profundizar para mejorar tus argumentos?
Respuestas
Respuesta: Saber argumentar con eficacia es algo que te será de gran utilidad en el plano personal y profesional.
Aprende cómo hacerlo correctamente con estos consejos.
Los cursos de debate, asistir a mesas redondas o las lecturas reflexivas te ayudarán a mejorar tus capacidades argumentativas.
Enfrentarte a una persona con un punto de vista distinto al tuyo, ya sea en un debate formal como en una discusión de sobremesa, puede poner a prueba tu capacidad de expresarte, argumentar y, sobre todo, conservar tu paciencia.
Si quieres salir bien parado de este intercambio de opiniones, sigue los 5 consejos que te acercamos a continuación:
1) Prepárate a consciencia
Cuanta más información recabes acerca del tema en discusión, mayores posibilidades tendrás de ganar la discusión e incluso de persuadir al otro de que estás en lo correcto.
Números, estadísticas, opiniones de científicos famosos, todas son herramientas que pueden serte muy útiles para demostrar tu punto. Además, al ver el conocimiento con el que manejas el tema, tu adversario puede verse intimidado y perder confianza al contradecirte.
2) Adapta tu lenguaje a tu oponente
Según informó el portal Inc., existe un estudio de las universidades de Toronto y Stanford en el que se sostiene que la mejor forma de defender tus argumentos es explicarlos a la luz de los valores y creencias de tus oponentes.
Procura que tus palabras apelen a la sensibilidad del adversario en lugar de a la tuya.
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INFÓRMATE
3) No te extiendas demasiado
En su “Decálogo del buen argumentador” el reconocido jurista español Manuel Atienza explica que “no se argumenta mejor por decir muchas veces lo mismo, ni por expresar con muchas palabras lo que podría decirse con muchas menos”.
Si hablas demasiado, corres mayores riesgos de equivocarte, de irte por las ramas, de perder el interés de tu oponente o de causar tedio en el público.
4) Admite tus errores
Así como se posiciona en contra de la extensión excesiva, Atienza considera otro mal de la argumentación el ser demasiado necio: “Cuando se argumenta en defensa de una tesis, no estar dispuesto a conceder nunca nada al adversario es una estrategia incorrecta y equivocada”.
Ser terco y encapricharte con tu postura cuando es evidente que te equivocas te perjudicará más de lo que te ayudará.
5) No ataques a tu adversario
No dejes que la situación se te escape de las manos. En un debate, sobre todo si se convierte en una discusión acalorada, es muy tentador el rebajarse a atacar personalmente al adversario en lugar de intentar derribar sus argumentos.
Esto se denomina “falacia ad hominem” o “contra el hombre” y es un mal muy común en los debates. Se trata de un falso argumento que se basa en la siguiente suposición: “Hay algo dudoso o cuestionable acerca del oponente, y por ende lo que dice también es cuestionable o falso”. Evítalo a toda costa, ya que en lugar de defender tus argumentos quedarás como un mal argumentador, o peor, un mal perdedor.
En cualquiera de los casos que debas argumentar una idea o expresar una opinión ante otras personas, tus habilidades comunicativas y la destreza con la que te desenvuelvas en una exposición oral, mejorará tus argumentos y ayudará a que tu mensaje sea más claro, atractivo y persuasivo.
Hablar en público y aprender a defender tus ideas con argumentos es cuestión de práctica, de realizar lecturas reflexivas y de trabajar el pensamiento crítico.
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Aunque las habilidades innatas juegan un papel fundamental a la hora de realizar un buen discurso, el más inexperto en esta materia también puede realizar exposiciones excelentes si tiene en cuenta estos consejos.
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