En qué consiste las finanzas indirectas? Es para ahora , xfa

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Respuesta dada por: naguirrevalladares
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Se entiende por costes directos de un objetivo de coste a aquellos costes que son directamente identificables y atribuibles a dicho objetivo de coste. Esta identificación directa entre el coste y el objetivo de coste debe poder hacerse por medio del sentido común (mediante una simple observación), o de una forma técnica (siempre que la identificación sea inequívoca y económicamente factible).

Por el contrario se entiende por costes indirectos como aquellos que no son identificables con un solo objetivo de coste. Esto se debe a que estos costes están asociados a varios objetivos de coste al estar causados conjuntamente por estos objetivos de coste. Los costes indirectos son por lo tanto compartidos por varios objetivos de coste. No es posible establecer de una forma directa qué cantidad de coste es atribuible a un objetivo de coste determinado. Los costes indirectos sólo pueden ser repartidos a los objetivos de coste que los causan de forma indirecta mediante algún método de reparto.

El análisis de los costes de una empresa desde la perspectiva de los objetivos de coste que los originan es muy importante. Un cambio en los objetivos de coste que la empresa pretende seguir puede hacer variar totalmente la clasificación establecida entre costes directos e indirectos. Por ejemplo, es muy común que los objetivos de costes más relevantes para una empresa sean los productos o servicios que ofrece al mercado.

Conviene también aclarar la distinción entre costes variables y costes directos, ya que con frecuencia son dos conceptos que se confunden. Como se ha comentado un coste se considera directo por su identificación directa con el objetivo de coste perseguido. Por su parte un coste se considera variable cuando es dependiente del volumen de actividad, es decir, cuando varía ante cambios en el nivel de actividad.

Puede haber casos en los que un determinado coste cumpla a su vez la condición de ser coste directo y coste variable al mismo tiempo, pero no tiene que ser así necesariamente. Por ejemplo, la materia prima empleada en la producción de un bien suele ser un coste variable que a su vez es coste directo de ese bien. Pero en cambio el coste del responsable de la cadena de producción del bien es un coste fijo para la empresa y debería ser considerado coste directo de ese bien.

Imputación de costes indirectos

Los costes directos atribuibles a un objetivo de coste son directamente identificables y perfectamente trazables a dicho objetivo, por lo que no hay ninguna duda sobre su tratamiento desde el punto de vista de contabilidad analítica, ya que el cien por cien del coste debe ser imputado a ese objetivo de coste.

Con los costes indirectos la imputación analítica al objetivo de coste no es tan sencilla, ya que este tipo de costes están asociados simultáneamente a varios objetivos de coste. Los costes indirectos deben ser por lo tanto compartidos por varios objetivos de coste, lo que obliga a buscar una manera de estimar qué cantidad de coste es atribuible a cada uno de los objetivos de coste causantes del coste indirecto.

El primer método para imputar costes indirectos es mediante el reparto de los costes empleando un criterio de reparto. Los criterios de reparto de costes indirectos son habitualmente denominados claves de reparto. En terminología anglosajona las claves de reparto son conocidas como “cost drivers” o “cost allocators”.

El segundo método para imputar costes indirectos entre los objetos de coste que los consumen es estableciendo unos precios entre las unidades de negocio prestadora y receptora. Estos precios internos, fijados por la dirección de la empresa en lugar de por el mercado, son conocidos como precios de transferencia. En terminología anglosajona los precios de transferencia son denominados “transfer prices”.

Cada vez que se quiere repartir un coste indirecto concreto entre diversos objetivos de coste hay que analizar y después elegir entre diversas alternativas de reparto e imputación de este tipo de costes indirectos. La elección de una clave de reparto o la determinación de un precio de transferencia para ese coste indirecto frente a otras alternativas posibles de imputación tienen cierta carga subjetiva.

En la medida que una empresa tiene muchos costes indirectos que quiere repartir, la empresa tiene que tomar muchas decisiones de reparto. Cada elección de una clave de reparto o cada determinación de un precio de transferencia para un coste indirecto es una elección subjetiva, por lo que podemos concluir que el modelo de costes de una empresa está, en cierta medida, determinado por cada una de estas elecciones subjetivas de criterios de reparto y de precios de transferencia de los costes indirectos.

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