• Asignatura: Castellano
  • Autor: fiorellagonzalez46
  • hace 7 años

QUIEN ES EL AUTOR Y EL NARRADOR DEL CANTO XII?:)

Respuestas

Respuesta dada por: valeryjimenaga59
1

Respuesta:

 

En apariencia, la técnica narrativa del Martín Fierro correspondería a la del diálogo teatral.

A) En El gaucho Martín Fierro (1872) la narración está puesta en boca de dos personajes, a los que llamaremos 1) y 2):

1) Martín Fierro (cantos I-IX y XIII).

2) Cruz (cantos X-XII).

1) Martín Fierro (canto XIII).

B) En La vuelta de Martín Fierro (1879) esa forma de discurso directo se desarrolla en las voces de cinco personajes, a los que llamaremos 1), 2), 3), 4) y 5):

1) Martín Fierro (cantos I-XI).

2) El Hijo Mayor (canto XII).

3) El Hijo Segundo (cantos XIII-XIX).

4) Picardía (cantos XXI-XXVIII).

1) Martín Fierro y 5) el Moreno, alternadamente (canto XXX).

1) Martín Fierro (canto XXXII).

En esta estructura cuasiteatral interviene en varias ocasiones un narrador omnisciente que emplea también la lengua gauchesca y a quien debemos identificar, sin ninguna duda, con el propio José Hernández. Tales intervenciones se producen en los siguientes pasajes:

A) El gaucho Martín Fierro :

Canto XIII, versos 2269-2316: "En este punto el cantor […]".

B) La vuelta de Martín Fierro:

Canto XVI, versos 2451-2474: "Dice el refrán que en la tropa […]".

Canto XX: "Martín Fierro y sus dos hijos […]".

Canto XXIX: "Esto contó Picardía […]".

Canto XXXI: "Y después de estas palabras […]".

Canto XXXIII: "Después, a los cuatro vientos […]".

Sin embargo, tras un examen algo más atento, resulta obvio que el narrador omnisciente José Hernández es, desde el principio, quien lleva el hilo del relato, tal como ocurre, por ejemplo, en una novela que comience con un diálogo sin acotaciones. Que la primera acotación narrativa se produzca sólo después de 2268 versos no torna el hecho menos válido que si ocurriera en el verso 1.

En 1879, Hernández entrega "a la benevolencia pública, con el título La vuelta de Martín Fierro, la segunda parte de una obra que ha tenido una acogida tan generosa, que en seis años se han repetido once ediciones con un total de cuarenta y ocho mil ejemplares". Estas precisiones estadísticas pueden llevarnos al engaño de suponer que Hernández está confundiendo el éxito comercial con la gloria literaria. Pero los variadísimos méritos del Poema mismo nos revelan que (en razón, precisamente, de su inteligencia superior, de su vastedad de recursos estilísticos, de su ironía y de su escepticismo) Hernández no creería que —parafraseo y tergiverso cierta sutileza de Borges— el comercio fuera un género literario (tal como es considerada hoy la narrativa por los infraescribidores que redactan best-sellers).

Claro que no son, ni pueden ser, los crasos números los que llevan a Hernández a esta exaltación. No: su entusiasmo no es un entusiasmo mercantil sino un entusiasmo noble y tiene su origen en la mágica intuición del creador de genio: Hernández ha adquirido la exacta certidumbre de su inmortalidad literaria.

Acaba de terminar La vuelta de Martín Fierro, y, con toda razón, se halla satisfecho de su obra y siente la alegría que experimenta el creador de belleza.

Las preocupaciones sociales, el encono político, cierto saludable mal humor que lo impulsaron a escribir El gaucho Martín Fierro ahora han pasado a segundo, tercero o cuarto plano. Hernández acaba de descubrir que es dueño del maravilloso don de la creación literaria; más aún, se ha dado cuenta de que su capacidad narrativa y poética posee dimensiones enormes. ¿Por qué, entonces, limitarse a la sola protesta social en torno de un solo personaje, cuando él está en condiciones de llenar un libro con muchas peripecias (trágicas, amables, risueñas, profundas, cómicas, amargas) y con bastantes personajes (con distintas psicologías, con riqueza de matices, con contradicciones, con fingimientos, con reticencias)? Y, entonces, olvidado de aquellas cuitas (importantes en un pequeñísimo momento de la vida, pero insignificantes en el transcurrir general de la historia), comprende que, al fin y al cabo, la protesta social es sólo un atributo, un ingrediente más que sirve para sazonar, en un sentido o en otro, la esencia de su labor: de su labor literaria.

El resultado de esta iluminación es La vuelta de Martín Fierro, que no es sino una magistral novela en verso; una novela que, según los casos más ilustres (por ejemplo, Cervantes o Dickens), abunda en anécdotas vívidas y verosímiles, interesantes en el más íntimo sentido de la palabra.

Explicación:

Respuesta dada por: pauloandressilva33
0

Oiga , cual es el ilustrado del cuento quebranta risas , rompe familias ?

Preguntas similares