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Respuesta:
Lima 1990, en un pueblo joven no identificado.
A través de una serie de casualidades (conocí al actor principal, al migrante, en Italia en 1990) (...)
Un joven peruano originario de Áncash emigra a Italia. Flor Pileña, cantante de Yauyos, es su vecina y ha aceptado actuar, acompañada por su formidable arpista el ídolo Pileño, en su fiesta de despedida1.
Aparte de cantar admirablemente, Flor Pileña —de origen provinciano, residente en Lima y conocedora de los problemas y emociones ligados a la migración— ha escogido cuidadosamente su repertorio, relacionándolo con el acontecimiento que están viviendo los presentes, sobre todo los familiares del viajero: la separación.
4Comienza una parrandita (¡avant la lettre!) con “Flor marchita”, canción dedicada al transcurrir del tiempo y al envejecimiento ligados a una relación amorosa; le siguen Me encuentro solo, no tengo a nadie por quién llorar, por quién sufrir y “Cervecita de cristal”, que describe un estado de embriaguez que podría sufrir pronto el migrante (la soledad compensada con el alcohol); llega la fuga mañana, mañana volveré, pasado mañana volveré (el comprensible deseo del migrante), mucho cuidado paisanito, cuidado con sacar la vuelta; le sigue el tema Amiga, no destruyas mi hogar querido (siempre ligado a la traición amorosa, pues el peligro de que esta se lleve a cabo se multiplica si hay un océano que separa a la pareja).
En sus canciones, durante los intermedios ejecutados por el arpa, la cantante habla espontáneamente con su vecino el migrante, y le dice:
así recordarás nuestros huaynos peruanos; así se baila en el Perú; para que nunca te olvides; cuidadito con sacar la vuelta Carlos, recuérdate que tienes esposa, tienes dos hijos; así es Carlos, estás lejos, pero tus familiares te tienen siempre presente; recuerda tu juramento ante tu esposa.