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1. Replantéate tu ritmo de consumo. No se trata de convertirse en un tacaño que no suelta ni un solo euro, sino de replantearnos nuestro ritmo de consumo y reconocer que, por ejemplo, no necesitamos comprar ropa o complementos -por muy baratos que sean- cada semana, sino que está bien con que lo hagamos, por ejemplo, cada tres meses o en rebajas.
2. Sé más crítico con la publicidad que recibes. Induce a comprar productos que la mayoría de las veces no necesitas, y puedes acabar arrepintiéndote de haber hecho una compra inútil.
3. Procura agotar la vida útil de las cosas antes de comprar un nuevo producto que las sustituya. No tiene sentido comprar un smartphone más moderno y con múltiples aplicaciones si no vamos a utilizarlas todas y con tu antiguo móvil te apañas bien.
4. Piensa en la imagen que proyectas. La ostentación no nos hace mejores que los demás y la necesidad de aparentar que muchas personas tienen no es más que un reflejo de su dependencia del dinero y de la opinión ajena.
5. La austeridad no tiene porqué ser una mortificación, ni estar ligada a la dejadez, a la suciedad o a la falta de buen gusto en el vestir. Significa prescindir de las necesidades que nosotros mismos nos creamos y disfrutar y cuidar lo que tenemos, empezando por las personas que nos rodean.
6. Concédete algún capricho, no es bueno vivir con un continuo sentimiento de privación. Además, si sueles ser austero podrás disfrutar mucho más cuando te permitas un pequeño capricho como comprarte un libro, unas chocolatinas o unas zapatillas que tienes intención de darles mucho uso.
7. Aprende a buscar cosas baratas y buenas, ya sean de oferta o de segunda mano. Qué mejor época para ir a ver ropa que en rebajas. También puedes echar un vistazo a los objetos que te puede ofrecer un mercadillo y visitar librerías de segunda mano.
ponerte una una sita en la boca ok no :v