• Asignatura: Historia
  • Autor: greciarodriguez05
  • hace 6 años

Poema al
indio lempira

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Respuesta dada por: elproander
6

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Esta es la figura más alta de toda la historia sangrienta y macabra de nuestra conquista. Él se alza nimbado de gloria por sobre los Andes, en la más enhiesta y elevada arista. Él fue la protesta de la raza toda, tenaz y porfiada. Era irreductible. Su espíritu altivo no admitía medios ni conciliaciones. Valeroso y joven, fornido y terrible, amaba a su tierra y nunca dio oído a tratos de paz. Decía: “¡Libertad o muerte! la guerra no debe cansar nunca a enteros varones y el triunfo es de aquellos que resistan más”. ¡Hombres de mi raza, no se rinden; mueren mueren como ha muerto ya Tecún Umán, y mueren matando, como en Cuzcatlán Atlacatl ha muerto; mientras tengan vida y armas tengan, hieran! ¡Venid a tomarnos, vosotros de los rostros fieros, truenen vuestros rayos; que vuestros aceros se hundan en los pechos! ¡Con la frente erguida caeremos cadáveres más no prisioneros…! Y herían los aires sonoros vocablos y en copiosas lluvias, piedras y venablos. Las huestes iberas, aquellos soldados feroces, hoscos y bravíos que habían sembrado la muerte, quemando comarcas enteras, que habían teñido de sangre los ríos; veían pasarse los días, los meses, en vanas esperas, sin que hubiera medio de vencer al bravo que altivo, prefirió mil veces, morir como libre que vivir esclavo! Y los españoles, los aventureros, sin Dios y sin ley, pasaban los días frente a los peñoles mirando agotarse su mermada grey. Entonces —¡Vergüenza de la estirpe hispana, vergüenza de todos los siglos, baldón de los estandartes de Castilla y León! se pensó en vencerlo de manera insana por las malas artes de negra traición. ¡Sólo así se pudo reducir a nada tanta valentía! ¡Sólo así se pudo! Mas Rodrigo Díaz del Vivar, El Cid, hubiera hecho trizas su yelmo y su escudo; hubiera hecho trizas su invencible espada, ante la ignominia del infame ardid. Mengua al español que un día nefasto, bajo el sol de América frente a un primitivo y agreste peñol manchó la pureza de la gloria ibérica. ¡Loor a Lempira! ¡Baluarte postrero de las libertades, su flecha nos traza la ruta de gloria, nos dice el sendero que seguir debemos contra el mundo entero, en defensa augusta de tierra y de raza.

Explicación:


greciarodriguez05: Muchas gracias
elproander: marcala como la mejor
Respuesta dada por: marioyemy456
1

Respuesta:

Explicación:

                                 POEMA AL INDIO LEMPIRA

Esta es la figura más alta de toda la historia

sangrienta y macabra de nuestra conquista.

Él se alza nimbado de gloria

por sobre los Andes, en la más enhiesta

y elevada arista.

Él fue la protesta

de la raza toda, tenaz y porfiada.

Era irreductible. Su espíritu altivo

no admitía medios ni conciliaciones.

Valeroso y joven, fornido y terrible,

amaba a su tierra

y nunca dio oído a tratos de paz.

Decía: “¡Libertad o muerte! la guerra

no debe cansar nunca a enteros varones

y el triunfo es de aquellos que resistan más”.

¡Hombres de mi raza, no se rinden; mueren

mueren como ha muerto ya Tecún Umán,

y mueren matando, como en Cuzcatlán

Atlacatl ha muerto; mientras tengan vida

y armas tengan, hieran!

¡Venid a tomarnos, vosotros de los rostros fieros,

truenen vuestros rayos; que vuestros aceros

se hundan en los pechos! ¡Con la frente erguida

caeremos cadáveres más no prisioneros...!

Y herían los aires sonoros vocablos

y en copiosas lluvias, piedras y venablos.

Las huestes iberas,

aquellos soldados feroces, hoscos y bravíos

que habían sembrado la muerte, quemando comarcas enteras,

que habían teñido de sangre los ríos;

veían pasarse los días, los meses, en vanas esperas,

sin que hubiera medio de vencer al bravo

que altivo, prefirió mil veces,

morir como libre que vivir esclavo!

Y los españoles,

los aventureros, sin Dios y sin ley,

pasaban los días frente a los peñoles

mirando agotarse su mermada grey.

Entonces —¡Vergüenza de la estirpe hispana,

vergüenza de todos los siglos, baldón

de los estandartes de Castilla y León!

se pensó en vencerlo de manera insana

por las malas artes de negra traición.

¡Sólo así se pudo reducir a nada

tanta valentía! ¡Sólo así se pudo!

Mas Rodrigo Díaz del Vivar, El Cid,

hubiera hecho trizas su yelmo y su escudo;

hubiera hecho trizas su invencible espada,

ante la ignominia del infame ardid.

Mengua al español

que un día nefasto, bajo el sol de América

frente a un primitivo y agreste peñol

manchó la pureza de la gloria ibérica.

¡Loor a Lempira! ¡Baluarte postrero

de las libertades, su flecha nos traza

la ruta de gloria, nos dice el sendero

que seguir debemos contra el mundo entero,

en defensa augusta de tierra y de raza.

LEMPIRA

Vertical, como pino de mi tierra

hizo frente al intrépido español,

Lo vieron muchas lunas, muchos soles,

luchando por la Patria de su amor.

Aquel indio valiente y temerario

que luchó por su raza y por su Dios,

fue el altivo “Señor de las Montañas”

y el Monarca del frío Congolón.

Gonfalón de heroísmo sin medida

demostrando su audacia y su valor.

Hizo besar el polvo a los hispanos

que lograron vencerlo a la traición.

Sin embargo, nosotros lo soñamos

en las sierras nevadas de Cerquín,

erguido y sin temor desde la cumbre,

disparando sus flechas hasta el sol.

LEMPIRA

Señor incorruptible del gran ideal utópico

que diste generoso la sangre en la contienda;

eres como un coloso que llena la leyenda

con una hazaña mítica que vio la luz del trópico.

Y porque tu figura —señor de la floresta—

bordó del más heroico ribete la conquista,

mereces que la Historia, nombrándote se vista

esplendorosamente con un cantar de gesta.

Te vieron impasible, consecutivos soles,

sembrando de inquietudes los pechos españoles

—cacique, hermano digno del gran Caupolicán—.

El rayo que alevoso hirió tu roble fuerte,

quitándote la vida, te levantó en la muerte

y alzó tu monumento soberbio de titán.

LEMPIRA

Allí está, impasible, en la llanura,

con su fiera actitud, ese leopardo;

tendido aún el arco hacia la altura,

que rasgó con el filo de su dardo...

¿Qué nos dicen sus ojos de obsidiana,

de mirar triste, de pupilas yertas...?

¿Simbolizan la raza del mañana,

o son recuerdos de las razas muertas...?

Sedimento de tribus luchadoras

que así dejaron por doquiera rastros,

en silencio se pasa largas horas,

arrojando sus flechas a los astros...

Héroe sin redención y con historia,

todo lo fue: ¡coraje, idea, gloria!

LEMPIRA

Por: Carlos Manuel Arita

De pie en el Congolón el gran Lempira

con penacho de plumas en la frente

y en la diestra el carcaj resplandeciente

descubriendo en el cielo algún lucero.

Vivía en paz soñando en el sendero

y en cada amanecer, altivamente

se alzaba en el peñol, y era imponente

aquel indio gallardo y altanero.

Y fueron transcurriendo muchos soles

hasta el arribo de los españoles,

y ese día a rebato tocaron los tambores.

Y jamás lo vencieron con la espada

y allí quedó su efigie levantada

para asombro de los conquistadores.

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