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Respuesta:
ya que el pueblo hebreo tenía el contacto y fe del Dios de Abraham y de Jacob
Respuesta:
Explicación:
no de los profetas de cuya vida más se ha escrito es Abraham, llamado Ibrahim en idioma árabe, quien fue distinguido por nuestro creador como un ejemplo para toda la humanidad y que vino a transmitir el mensaje de la unicidad de Dios, uno y único.
Era descendiente de Sem, hijo del profeta Noé, y contemporáneo del profeta Lot, su pariente. Algunos dicen que nació en Urfa, en las tierras de Aram, de la actual Palestina. En cambio, otros sostienen que nació en Ur, antigua población de Caldea, en la Mesopotamia, hoy conocida como Irak, donde en ese entonces gobernaba un tirano llamado Nemrod.
Lo más importante de la vida del profeta Ibrahim es lo que menciona el Corán sobre la forma en que razonó para reconocer la existencia de un solo Dios verdadero.
Cuando la noche cayó sobre él, vio una estrella y dijo: “Este es mi Señor”; pero cuando desapareció se dijo: “No adoro lo que se desvanece”. Cuando vio que salía la Luna, afirmó: “Este es mi Señor”, pero al observar que desaparecía, murmuró: “Si mi Señor no me guía, seré de los extraviados”. Cuando vio al Sol en su gran esplendor, exclamó: “Este es mi Señor, porque es el mayor de todos”, pero cuando se ocultó, habló ante sus seguidores: “Creo en Dios, el que ha creado los cielos, la Tierra y todo lo que existe y vemos en el universo”.
El padre de Abraham se llamaba Azar y fabricaba ídolos de madera y piedra, a los que el pueblo adoraba.
Cuando comienza a predicar entre su gente la creencia en un solo Dios, Ibrahim destruye algunos de esos ídolos, por lo cual deciden castigarlo arrojándolo a las llamas. Pero en ese instante se larga a llover de tal modo que resulta imposible quemarlo, por lo cual lo liberan y lo condenan al destierro.
De ese modo, junto a sus seguidores y a su esposa Sara, emprenden un viaje que los conduce a la tierra de Canaán.
Después, siguen hasta Egipto, donde el faraón le obsequia a Abraham una princesa llamada Hayar, pues en esa época era costumbre que como demostración de afecto los gobernantes regalaran alguna de las mujeres que integraban su séquito.
Tiempo después, Abraham tiene un hijo con Hayar, al que le pone el nombre de Ismael; luego tiene otro hijo con su esposa Sara, al que llama Isaac.
Ismael también fue profeta y de su descendencia llegamos al profeta Muhamad (Mahoma), quien predicó en tierra de los árabes y cuyas revelaciones divinas figuran en el Corán.
Ibrahim no fue ni judío ni cristiano porque en su época aún no habían sido revelados ni escrito ninguno de los libros sagrados, como la Biblia, los Evangelios o el Corán. Pero sí lo reconocemos como el primer monoteísta y el mejor de los creyentes sometido al Dios uno y único.
La fe de Abraham no sólo es la fe en un Dios, sino que implica la promesa de que serán bendecidas todas las personas, es decir, todos los pueblos del mundo.
Esta promesa está dirigida a su descendencia y fue transmitida por los profetas que le sucedieron.