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El valor de la lectura en un estudiante universitario
Nos encontramos en la sociedad del conocimiento, una sociedad de continúo cambio y transformación, tanto en la información que produce como en la forma de acceder a ella. Para caminar por una sociedad donde la información no deja de crecer tenemos que servirnos de instrumentos que nos ayuden a avanzar, leer y en concreto, realizar lecturas comprensivas, sería una de las mejores herramientas para no quedarnos atrás, ya que entre otras ventajas nos permite convertir la información en conocimiento. Sin unas buenas capacidades de lectura, el desarrollo humano no sería posible en una sociedad que avanza a un ritmo vertiginoso, por lo que podríamos decir que la “lectura es la llave del conocimiento en la sociedad de la información”.
La lectura no sólo permite el acceso al conocimiento y a la cultura, también es un vehículo transmisor de actitudes y valores sociales, valores tan apreciados hoy en día como la convivencia pacífica, el respeto a las personas, la tolerancia, la solidaridad…, pero ¿por qué son tan importantes estos valores para la sociedad? Los valores se van incorporando desde la infancia por medio de la familia, el grupo de amigos o en la escuela, el aprendizaje de valores desarrollará las normas de conducta y las actitudes según las que nos comportaremos en la vida diaria y que estarán de acuerdo con todo aquello que creemos que es correcto. En definitiva, valores como el respeto, la igualdad, la tolerancia, o la libertad son tan deseados por la sociedad del siglo XXI porque son una de las mejores herramientas que tiene el ser humano para relacionarse con la sociedad.
La lectura hace que los valores que se encuentran encerrados en los libros se vayan desarrollando, a la vez que también se va aprendiendo una buena ciudadanía. Cabe mencionar que la lectura nos acerca a otras formas de pensar, de actuar y de sentir, es decir, nos lleva al conocimiento de otros valores que no tienen por qué ser los nuestros, desarrollando así la capacidad crítica y haciendo al lector cada vez más autónomo y libre. El dominio de la lectura y su práctica habitual también nos ayuda a mejorar el área intelectual. Mientras leemos, sin darnos cuenta, estamos interiorizando el uso de las reglas ortográficas y gramaticales propias de nuestra lengua. Una lectura continuada en el tiempo no sólo es un aporte de cultura, sino que también es una práctica beneficiosa para desarrollo de la capacidad de memoria y concentración.
La interiorización de reglas ortográficas, el aprendizaje de vocabulario, una buena memoria y concentración suelen ser una buena base para combatir una baja autoestima y una falta de seguridad en niños, jóvenes y adultos. Imaginación y creatividad también se ven mejoradas con una buena lectura, ya que se favorece la capacidad para afrontar situaciones y resolver conflictos.
Nos encontramos en la sociedad del conocimiento, una sociedad de continúo cambio y transformación, tanto en la información que produce como en la forma de acceder a ella. Para caminar por una sociedad donde la información no deja de crecer tenemos que servirnos de instrumentos que nos ayuden a avanzar, leer y en concreto, realizar lecturas comprensivas, sería una de las mejores herramientas para no quedarnos atrás, ya que entre otras ventajas nos permite convertir la información en conocimiento. Sin unas buenas capacidades de lectura, el desarrollo humano no sería posible en una sociedad que avanza a un ritmo vertiginoso, por lo que podríamos decir que la “lectura es la llave del conocimiento en la sociedad de la información”.
La lectura no sólo permite el acceso al conocimiento y a la cultura, también es un vehículo transmisor de actitudes y valores sociales, valores tan apreciados hoy en día como la convivencia pacífica, el respeto a las personas, la tolerancia, la solidaridad…, pero ¿por qué son tan importantes estos valores para la sociedad? Los valores se van incorporando desde la infancia por medio de la familia, el grupo de amigos o en la escuela, el aprendizaje de valores desarrollará las normas de conducta y las actitudes según las que nos comportaremos en la vida diaria y que estarán de acuerdo con todo aquello que creemos que es correcto. En definitiva, valores como el respeto, la igualdad, la tolerancia, o la libertad son tan deseados por la sociedad del siglo XXI porque son una de las mejores herramientas que tiene el ser humano para relacionarse con la sociedad.
La lectura hace que los valores que se encuentran encerrados en los libros se vayan desarrollando, a la vez que también se va aprendiendo una buena ciudadanía. Cabe mencionar que la lectura nos acerca a otras formas de pensar, de actuar y de sentir, es decir, nos lleva al conocimiento de otros valores que no tienen por qué ser los nuestros, desarrollando así la capacidad crítica y haciendo al lector cada vez más autónomo y libre. El dominio de la lectura y su práctica habitual también nos ayuda a mejorar el área intelectual. Mientras leemos, sin darnos cuenta, estamos interiorizando el uso de las reglas ortográficas y gramaticales propias de nuestra lengua. Una lectura continuada en el tiempo no sólo es un aporte de cultura, sino que también es una práctica beneficiosa para desarrollo de la capacidad de memoria y concentración.
La interiorización de reglas ortográficas, el aprendizaje de vocabulario, una buena memoria y concentración suelen ser una buena base para combatir una baja autoestima y una falta de seguridad en niños, jóvenes y adultos. Imaginación y creatividad también se ven mejoradas con una buena lectura, ya que se favorece la capacidad para afrontar situaciones y resolver conflictos.
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IMPORTANCIA DE LA LECTURA
Tomado del libro la lectura en la Universidad
Profesores Luz Stella Castañeda, José Ignacio Henao
Si preguntamos ¿qué papel cumple la lectura en la preparación en la formación del estudiante universitario?, los docentes, los investigadores y los estudiantes responderán que la lectura es el eje central del proceso educativo y que de su dominio depende, en parte, el ingreso a la universidad y el éxito académico y profesional. El estudiante universitario descubre que la lectura es una actividad decisiva en su trabajo académico, porque necesita ampliar, confrontar y reelaborar, a partir de una bibliografía, los conceptos que se trabajan en clase y en las asesorías. Cada vez con mayor intensidad, la metodología de los cursos descansa, básicamente, sobre las actividades que llevan a cabo los estudiantes en relación con la elaboración de informes de lectura, ensayos, estudios, monografías y trabajos de investigación. Para cumplir con estos requerimientos en forma eficiente y productiva, el estudiante debe desarrollar al máximo su habilidad lectora y la capacidad para utilizar adecuadamente todos los servicios que prestan las bibliotecas y los centros de documentación, y adquirir criterios para seleccionar los materiales que necesita. Nuestra experiencia docente en la universidad y en el bachillerato, y los planteamientos que hemos encontrado en artículos de revistas, periódicos y libros, nos indican que el estudiante que posee un buen desarrollo de la aptitud verbal logra un mejor rendimiento en la Universidad. Con los planes de estudio vigentes es difícil superar a corto plazo este problema, ya que, por lo general, las carreras tienen, como máximo, dos cursos de español; y no siempre el énfasis en éstos se hace en el desarrollo de la lectura y de la escritura. Se reconoce que para lograr este objetivo es necesario potenciar al máximo las habilidades para leer y escribir, porque son esenciales para el avance científico, tecnológico y cultural de un país. Como ejemplo citamos el caso norteamericano, donde: el analfabetismo funcional es sólo uno de los grandes problemas que afectan a los Estados Unidos, pero gran parte del éxito japonés proviene del hecho que sus obreros pueden interpretar matemática avanzada, leer planos complejos y llevar a cabo tareas sofisticadas en las plantas, y lo hacen definitivamente mejor que sus contrapartes americanos. La situación se agrava para los norteamericanos porque: la mayoría de los nuevos trabajos requerirá de habilidades muy sólidas en escritura y en lectura y sólo la cuarta parte de la población que accede al mercado laboral dispondrá de ellas. Consideramos que la lectura y la educación son inseparables, porque sin negar el papel que cumplen y deben cumplir los medios audiovisuales en el proceso educativo, todavía la lectura es el instrumento más utilizado en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las investigaciones sobre el fracaso escolar han descubierto que el factor que más incide en dicho fracaso es la deficiencia en la lectura. Además de su papel en el proceso educativo formal, la lectura proporciona entretenimiento y es fuente de placer; es una de las mejores maneras de utilizar productiva y creativamente el tiempo libre. Como es portadora de conocimientos, ayuda a comprender las ideas de los demás, a refutarlas y a contrastarlas. También, nos sirve para conocer las culturas y las visiones del mundo que tienen otros pueblos; es la mejor forma de remontarnos al pasado y de reconstruir, en lo posible, la historia del hombre y de la sociedad, así como de acercarnos a las obras de autores que han dejado testimonios valiosos para la humanidad y que han aportado al desarrollo cultural y científico.
Tomado del libro la lectura en la Universidad
Profesores Luz Stella Castañeda, José Ignacio Henao
Si preguntamos ¿qué papel cumple la lectura en la preparación en la formación del estudiante universitario?, los docentes, los investigadores y los estudiantes responderán que la lectura es el eje central del proceso educativo y que de su dominio depende, en parte, el ingreso a la universidad y el éxito académico y profesional. El estudiante universitario descubre que la lectura es una actividad decisiva en su trabajo académico, porque necesita ampliar, confrontar y reelaborar, a partir de una bibliografía, los conceptos que se trabajan en clase y en las asesorías. Cada vez con mayor intensidad, la metodología de los cursos descansa, básicamente, sobre las actividades que llevan a cabo los estudiantes en relación con la elaboración de informes de lectura, ensayos, estudios, monografías y trabajos de investigación. Para cumplir con estos requerimientos en forma eficiente y productiva, el estudiante debe desarrollar al máximo su habilidad lectora y la capacidad para utilizar adecuadamente todos los servicios que prestan las bibliotecas y los centros de documentación, y adquirir criterios para seleccionar los materiales que necesita. Nuestra experiencia docente en la universidad y en el bachillerato, y los planteamientos que hemos encontrado en artículos de revistas, periódicos y libros, nos indican que el estudiante que posee un buen desarrollo de la aptitud verbal logra un mejor rendimiento en la Universidad. Con los planes de estudio vigentes es difícil superar a corto plazo este problema, ya que, por lo general, las carreras tienen, como máximo, dos cursos de español; y no siempre el énfasis en éstos se hace en el desarrollo de la lectura y de la escritura. Se reconoce que para lograr este objetivo es necesario potenciar al máximo las habilidades para leer y escribir, porque son esenciales para el avance científico, tecnológico y cultural de un país. Como ejemplo citamos el caso norteamericano, donde: el analfabetismo funcional es sólo uno de los grandes problemas que afectan a los Estados Unidos, pero gran parte del éxito japonés proviene del hecho que sus obreros pueden interpretar matemática avanzada, leer planos complejos y llevar a cabo tareas sofisticadas en las plantas, y lo hacen definitivamente mejor que sus contrapartes americanos. La situación se agrava para los norteamericanos porque: la mayoría de los nuevos trabajos requerirá de habilidades muy sólidas en escritura y en lectura y sólo la cuarta parte de la población que accede al mercado laboral dispondrá de ellas. Consideramos que la lectura y la educación son inseparables, porque sin negar el papel que cumplen y deben cumplir los medios audiovisuales en el proceso educativo, todavía la lectura es el instrumento más utilizado en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las investigaciones sobre el fracaso escolar han descubierto que el factor que más incide en dicho fracaso es la deficiencia en la lectura. Además de su papel en el proceso educativo formal, la lectura proporciona entretenimiento y es fuente de placer; es una de las mejores maneras de utilizar productiva y creativamente el tiempo libre. Como es portadora de conocimientos, ayuda a comprender las ideas de los demás, a refutarlas y a contrastarlas. También, nos sirve para conocer las culturas y las visiones del mundo que tienen otros pueblos; es la mejor forma de remontarnos al pasado y de reconstruir, en lo posible, la historia del hombre y de la sociedad, así como de acercarnos a las obras de autores que han dejado testimonios valiosos para la humanidad y que han aportado al desarrollo cultural y científico.
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