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Respuesta:En relación con este sentido solar de la llama, aparece el fuego, en
los jeroglíficos egipcios, como asociado a la idea de vida y salud (calor en el
cuerpo). También, y esto ya indica una transposición del símbolo a una
energía espiritual, a la idea de superioridad y mando. Los alquimistas
conservan en especial el sentido dado por Heráclito al fuego, como „agente de
transformación‟, pues todas las cosas nacen del fuego y a él vuelven […] En
este sentido de mediador entre formas en desaparición y formas en creación, el
fuego se asimila al agua, y también es un símbolo de transformación y
regeneración […] Las investigaciones antropológicas han dado dos
explicaciones de los festivales ígnicos (perpetuados en las hogueras de San
Juan, en los fuegos artificiales, en el árbol iluminado de Navidad): magia
imitativa destinada a asegurar la provisión de luz y calor en el sol […] o
finalidad purificatoria, y destrucción de las fuerzas del mal […] pero estas dos
hipótesis no son contrarias sino complementarias […] Marius Schneider ya
distingue entre dos formas de fuego, por su dirección (intencionalidad); el
fuego del eje fuego-tierra (erótico, calor solar, energía física) y el del eje
fuego-aire (místico, purificador, sublimador, energía espiritual) […] El fuego,
de consiguiente, imagen energética, puede darse al nivel de la pasión animal o
al de la fuerza espiritual […] Gaston Bachelard recuerda el concepto de los
alquimistas para quienes „el fuego es un elemento que actúa en el centro de
toda cosa‟, factor de unificación y de fijación. Paracelso establecía la
igualdad del fuego y de la vida; ambos, para alimentarse, necesitan consumir
vidas ajenas. Tomar el fuego o darse a él (Prometeo y Empédocles) es el
dualismo situacional de las cosas […] Pero el fuego es el ultraviviente. Realiza
el bien (calor vital) y el mal (destrucción, incendio) […] Atravesar el fuego es
símbolo de trascender la condición humana, según Elíade.
J. E. Cirlot, Diccionario
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