Respuestas
El bandolerismo, por lo menos desde el nacimiento del mito de Robin Hood en la Inglaterra medieval, ha sido un fenómeno universalmente extendido. Sus períodos de mayor expansión yflorecimiento han sido vinculados a la crisis generada por la transición de las sociedades precapitalistas a la moderna sociedad capitalista. En tanto forma de expresión, no claramente articulada, de protesta social, su decadencia ha sido igualmente asociada al surgimiento de modernas organizaciones de lucha reivindicativa, como las asociaciones campesinas, o de lucha política, como los partidos y guerrillas revolucionarias, a cuyas tácticas e ideología se considera generalmente inadaptable, salvo porlos anarquistas que, con Bakunin a la cabeza, idealizaron al bandolero al presentarlo como uno de los tantos consecuentes luchadores contra todas las formas de opresión.Pese a la reconocida universalidad del fenómeno ya su carácter endémico en algunas regiones, hasta fines del siglo XIX fue casi que exclusivamente tema privilegiado de diferentes expresiones literarias y artísticas, mas no de historiadores o cronistas. Las baladas, la novela, el teatro o la pintura constituyen entonces los mejores testimonios del pensamiento de esta primera época sobre los personajes que estudiamos. Piezas de tanto renombre como Los bandidos de Schiller, y numerosos lienzos de pintores españoles influidos por Goya , el más célebre de los cuales fue el de Rafael Tejeo que data de 1839, pertenecen a esta primera fase.Los relatos en diez tomos de Julián Zugasti, escritos entre 1876 y 1881, no constituyen una excepción muy clara al planteamiento anterior. En efecto, en el anecdotario de este antiguo Gobernador Civil de Madrid que se convirtió en caballero andante (y cruel verdugo) contra los salteadores de caminos, andaluces y toledanos, institucionalizando el uso de la ley de fuga, predomina la óptica del policía sobre la del historiador o analista social.En los albores del siglo XX los bandoleros empezaron a atraer particularmente la atención de investigadores de formación jurídica bajo el impacto, sobre todo, de las doctrinas de Garófalo, César Lombroso y Enrico Ferri, los grandes maestros de la Escuela Positiva del Derecho Criminal italiano, que estaban empeñados en incorporar a las disciplinas jurídicas los resultados del desarrollo general de las ciencias sociales. De esas primeras décadas del siglo. XX y de esa inspiración positivista son las clásicas monografíasde Constancio Bernaldo de Quirós sobre el bandolerismo en Andalucía2, región en donde el bandolerismo fue, hasta entrado el siglo XX, una institución tan arraigada como los toros en toda España.