En Colombia se habla constantemente de la violencia a nivel general; nos detenemos a pensar solamente, en la
situación como un fenómeno nacional, desvinculando de él a la familia. Los problemas sociales de cualquier cultura
tienen su cuna en la familia, nicho donde crecen y se forman los hombres y las mujeres responsables de afrontar
las exigencias de su momento histórico. La violencia familiar sucede en los hogares donde no existe el diálogo
como principio de participación y acuerdos; también se manifiesta en los comportamientos agresivos del esposo o
de la esposa contra ellos mismos o contra los hijos.
Esta agresividad se genera bajo efectos de alcohol, drogas o alucinógenos. Generalmente, se buscan sustancias
alcohólicas o narcóticas para poder llenar el vacío interior y afectivo, a la vez que facilita desahogarse de una
situación que le es difícil a la pareja hacerlo en "sano juicio". Quienes pagan con creces esta situación de violencia
intrafamiliar son los hijos, los niños y adolescentes que crecen en un ambiente lleno de agresividad e intolerancia.
Esto, a su vez, genera que dentro de los grupos sociales se alimente y retroalimente, con los medios de
comunicación, un tipo de violencia no solo física, sino interior, con unos modelos de amor y ternura no existentes,
promocionando más la separación, el divorcio y la pasión sexual, en los cuales el hombre no se soporta a sí mismo
en el vacío de su existencia. Las anteriores son razones que llevan a la desintegración familiar, dinamitando los
sueños e ilusiones de la cultura. La familia debe ser un nido de amor y ternura, una escuela de tolerancia y
sensibilidad por el otro, iniciando por la tolerancia y sensibilidad de sí mismo (Cuevas, 2001: 59, 60.)
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ammm piensa amiga esta facil tu puede :)
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yeirongarcia26:
ayúdame, ya lo hice solo no sé si está bien
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