las montañas son partes bajas de la tierra verdadero o falso​

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Respuesta dada por: mellamanlalocarandom
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Respuesta:

las montañanas estan sobre la tierra osea que estan el la tierra


stivenduquegomez351: es verdadero o falso?
mellamanlalocarandom: entre diferentes o depende ya que algunas son mas altas q otras
mellamanlalocarandom: pero verdadero
Respuesta dada por: samueldelaroche1
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Respuesta:

Una montaña es una forma topográfica del relieve terrestre positiva, una eminencia natural que se caracteriza por su altitud y, más generalmente, por su altura relativa, o incluso por su volumen, pendiente, espaciado o continuidad.2​ Aparecen como parte de un conjunto —una cadena montañosa, sea cordillera, macizo, sierra...— o formando un relieve aislado.Nota 2​Nota 3​Nota 4​Nota 5​ No existe una definición única de montaña, un término que apareció en Europa entre los siglos X y XII, y son numerosos los localismos y regionalismos usados para describir este accidente geográfico, que puede referirse tanto a una cumbre empinada como a una elevación simple del terreno como una colina, así como al medio en su conjunto. Según sean los procesos que conducen a su orogénesis las montañas toman formas muy diferentes: desde escarpes de los márgenes continentales y rifts en dominios extensivos, hasta cadenas de colisión y plegamiento, pasando por arcos insulares con volcanes de tipo explosivo en las fases de subducción, sin olvidar el volcanismo de punto caliente del tipo efusivo o las intrusiones expuestas por la erosión. Con la isostasia, las montañas experimentan fenómenos de levantamiento y adelgazamiento de la corteza que finalmente conducen a su desaparición. Las cadenas montañosas más antiguas de la Tierra se remontan al Paleozoico, y cuanto más antiguas son, tanto más bajas y redondedas tendrán sus siluetas.

La proporción de tierras emergidas situadas a más de 1000 m sobre el nivel del mar es de aproximadamente una cuarta parte del total,3​4​ y el terreno montañoso comprende cerca del 33% de Eurasia, del 24% de América del Norte, del 19% de América del Sur y del 14% de África.5​ Un 10 % de la población mundial habita en regiones montañosas. Todos los ríos mayores nacen en áreas montañosas y más de la mitad de la humanidad depende del agua de las montañas, debido a que su purificación es más económica que el agua de mar; en zonas áridas y semiáridas, esta proporción se eleva a alrededor del 90%.6​7​

El clima que experimentan las zonas montañosas —con temperaturas de promedio más bajas (5 °C/km de altitud) y precipitaciones más altas que las llanuras cercanas debidas a la altitud—, también juega un papel importante en su configuración. Ese clima específico —generalmente marcado por la estadificación altitudinal— y sus pendientes difíciles de acceder hicieron casi imposible su explotación humana intensiva, y ahora son la causa de que muchas montañas alberguen una amplia variedad de ecosistemas y una importante biodiversidad, aunque con un frágil equilibrio ecológico.8​ Muchas especies animales encuentran en ellas menos presión y algunos grandes mamíferos (caprinos, ciervos, llamas, lobos, osos, leopardos de las nieves, puma, vicuñas, yaks), se han convertido en sus emblemas. Alrededor del 30% de las áreas protegidas del mundo están en las zonas de montaña,9​10​ y aunque son una fuente indispensable de agua dulce, madera y minerales, siguen considerándose un hábitat hostil que requiere de esfuerzos de adaptación significativos por parte de las poblaciones humanas: las desigualdades son más pronunciadas en las montañas y los desastres naturales son más frecuentes en ellas.4​

Las montañas han sido, y son, un elemento sagrado central de muchas religiones y creencias.11​ Para muchas, el aspecto más simbólico es la cumbre de la montaña porque se identifica como lo más cercano al Cielo,12​ en particular donde residen los dioses y los espíritus —como en el monte Olimpo en la mitología griega13​— o en donde los santos y profetas encontraron a Dios y se consagraron a su obra11​14​ —como Moisés en el monte Sinaí en el judaísmo,15​ o especialmente Jesús en el monte Tabor o Mahoma en Jebel El Nour—. A veces la montaña se considera el eje del mundo,12​ como el monte Meru —a menudo identificado con el monte Kailash en el budismo, el jainismo y el hinduismo—, que hace de él la residencia de Shiva.16​ En algunos casos, la montaña sagrada es puramente mítica, como el Hara Berezaiti en el zoroastrismo. Los volcanes, como el monte Etna en Italia, también se consideraron sagrados, bien como hogar de dioses —el Etna era el hogar de Vulcano, el dios romano del fuego y la fragua— o bien como puertas de entrada al Inframundo.

 

Explicación:

es verdadero

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