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Respuesta:En un país que podría gozar de un índice de competitividad ganadora, una convivencia sana entre el Gobierno y los sectores industriales haría posible que la variedad de recursos naturales y humanos, sumados a la gran creatividad colombiana, inundaría el planeta entero. Es hora de comenzar a construir un gran rascacielos productor
Los gremios sostienen que la firma de los Tratados de Libre Comercio (TLC), con condiciones altamente beneficiosas para las importaciones, no permite que la industria nacional, regional o local sobreviva. El Gobierno es optimista y pide a los empresarios innovación en tecnología, calidad y sinergia para ser competitivos. La estrategia involucra también a los ciudadanos para que aprendamos a consumir lo que se fabrica dentro de nuestras fronteras.
En este año, en el que estamos de celebración por la posible firma de un tratado de paz, podría ser un ejercicio interesante comenzar un exitoso camino de diálogo entre todos los actores involucrados en la producción y el consumo nacional.
Y como para evaluar y avanzar se necesitan datos, hay que escuchar, no simplemente oír, a los expertos. Para Diego Otero, miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, “el comportamiento del sector industrial en los últimos años ha sido muy pobre, resultado de la devaluación del peso colombiano, la apertura económica y la falta de una política industrial”. Otero estima que se pueden distinguir dos períodos: entre 2005 a 2007, caracterizado por el bum de todas las commodities y una industria con tasas de crecimiento altas, y entre 2008 a 2015, en el que comenzó el declive del sector.
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