• Asignatura: Historia
  • Autor: achavesurrego
  • hace 6 años

3. Qué opinión le merece la historia del sacro imperio germánico​

Respuestas

Respuesta dada por: carollindauwu
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Respuesta:

LA CONSTRUCCIÓN federal de Europa es el más noble empeño político de la hora presente. Este horizonte, vivo e iluminado, tiene para los españoles un especial valor porque sólo desde una Europa federal se puede corregir la frívola originalidad confederal en que se está convirtiendo España. Jean Monnet, en sus jugosas Memorias, se acoge insistentemente a la referencia federal lo que se explica porque él engendra su sueño europeo a la vista de la realidad norteamericana y de la impresión que le causa el funcionamiento de aquella República.

Es muy probable que si Jean Monnet no hubiera andado vendiendo coñac a los 20 años por tierras americanas, las instituciones europeas hoy no existirían. Para él se trataba -según su pensamiento tantas veces citado- de unir hombres, no simplemente coaligar estados y de «impedir la reconstrucción de los nacionalismos», el gran peligro del siglo XX, cuyas trágicas lecciones en España nos empeñamos en ignorar jugando como estamos a crear naciones y Estados de bolsillo.

Hoy, cuando el tiempo nos ha ofrecido ya sobradas muestras de sus modales tiranos, se trata de afrontar esa realidad europea esforzándonos por inyectar nuevas ambiciones al edificio que se ha ido construyendo en los últimos decenios. Porque, tal como explica en un reciente ensayo Amin Maalouf (Le dérèglement du monde, Ed. Grasset, 2009), «hemos entrado en el nuevo siglo sin brújula».

No se trata de despertar las viejas pesadillas milenarias sino de advertir que un mundo se apaga a nuestros ojos, que las luces que nos han iluminado temblequean y desfallecen, que el navío aparejado en tantas batallas cruentas a lo largo de los siglos de la modernidad se encuentra en buena medida a la deriva, falto de pilotos y falto sobre todo de una carta de navegación adecuada a los nuevos tiempos, plenos de desafíos. Por eso se producen movimientos formidables de adhesión a determinadas personas, caso de Obama, porque las poblaciones están ansiosas de identificarse con alguien que, con mano firme y gesto convencido, acierte a señalarles el camino.

Nos hallamos en una situación internacional en parte desconocida porque el mundo ha perdido el sistema aglutinador de los pueblos establecido en la pasada centuria. Los tratados de paz de Westfalia crearon las certezas por las que se condujeron los estados a partir del XVII como luego ocurrió con la obra que los diplomáticos pusieron en pie en Viena cuando pasó el vendaval napoleónico. El siglo XX tuvo que volver a zurcir un orden y lo hizo con la Sociedad de Naciones, saldadas con un enorme fracaso (las enseñanzas que ofrecen las Memorias de Madariaga nadie debería desoírlas), y la experiencia de su sucesora, las Naciones Unidas, ya emite señales de inequívoco abatimiento porque hay continentes que se desperezan y piden abono para asistir a las representaciones donde los grandes deciden la marcha del universo, y porque el mundo bipolar creado tras la segunda guerra mundial se evaporó cuando los alemanes pudieron saltar el muro, aquella jaula donde disfrutaron a sus anchas de los magníficos logros de la sociedad comunista.

El principio del equilibrio entre las potencias, ganado a golpe de sangre y después de finuras diplomáticas, ha sido arrinconado y, tambaleante, se halla a la búsqueda de una fórmula que le permita alcanzar de nuevo la posición erguida.

El genio humano ha de dar con ella, como ha de formular las nuevas utopías, sin las cuales el mundo no se concibe porque esas -las utopías- nos mueven e impulsan a la búsqueda de renovadas expresiones de la justicia, de la solidaridad, de la libertad, los grandes anhelos que, si nunca son completa realidad, es porque saben mantener, como una joven pudibunda, el poder seductor de lo inalcanzable. Sépase que sin utopías el mundo es una oficina donde se aplican reglamentos y se firman nombramientos. .

Respuesta dada por: manuelgomerog
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strategia, del griego stratigos o strategos, στρατηγός, pl. στρατηγοί; en griego dórico: στραταγός, stratagos; literalmente significa: «jefe del ejército») es el planteamiento general utilizado por las organizaciones militares para intentar alcanzar los objetivos fijados.1​

La estrategia militar se ocupa del planeamiento y dirección de las campañas bélicas, así como del movimiento y disposición estratégica de las fuerzas armadas. El padre de la estrategia militar moderna, Carl von Clausewitz, la definía como "el empleo de las batallas para conseguir el fin de la guerra".2​ De esta manera, daba prioridad a los objetivos políticos sobre los objetivos militares, apoyando el control civil sobre los asuntos militares.

«El general (strategos) debe estar seguro de poder explotar la situación en su provecho, según lo exijan las circunstancias. No está vinculado a procedimientos determinados.» Capítulo VIII versículo 9 de El arte de la guerra de Sun Tzu.

En las guerras convencionales tiene por objeto dirigir las tropas en el teatro de operaciones hasta llevarlas al campo de batalla. Es una de las tres facetas del arte de la guerra, las otras dos serían la táctica militar, que consiste en la correcta ejecución de los planes militares y las maniobras de las fuerzas de combate en la batalla. El tercer componente sería la logística militar, destinada a mantener el ejército y asegurar su disponibilidad y capacidad combativa.

La estrategia es la esencia misma del arte de la guerra, es una pauta que guía a la inteligencia por los arduos caminos que conducen a los éxitos concluyentes, la luz que alumbra las obscuridades del teatro de operaciones, velada siempre por la duda perenne de lo que pretende, de lo que intenta, de lo que hace el enemigo, y de los medios que posee para verificarlos, y la estrategia resulta tanto más complicada cuando más complicados son los medios de guerra, y es preciso lograr como principal propósito la ruina de la fuerza enemiga, y el modo de alcanzar dicho empeño entra en los dominios de la táctica, y pertenece al estado mayor la ciencia de la táctica sublime.

La táctica es el conjunto de reglas a que se ajustan en su ejecución las operaciones militares, y la concepción de un plan es el objeto de la estrategia, y el empleo de las tropas ventajosamente ante el adversario ya en la ofensiva ya en la defensiva es el objeto de la táctica, y lo difícil es concebir claramente esta, ya que si han de ser un conjunto reglas es para constituir un cuerpo de doctrina, pero lo cierto es que no hay reglas para vencer y es imposible considerar la táctica como un método positivo para alcanzar el fin que se propone, y solo es posible para muchos constituir la táctica como reunión de diversas reglas y elementos que la realidad del combate utiliza de mil modos diferentes, y quizá sin adecuarse a la pauta formulada por la teoría.

En la estrategia tiene que procurarse que el esfuerzo se efectúe conminando o intimidando en lo posible las comunicaciones del enemigo, sin exponer las propias, y se da el nombre de combinaciones estratégicas al conjunto de movimientos que debe ejecutar el ejército para lograr el objetivo propuesto, subordinadas al carácter que tenga la guerra, que pueden ser ofensivas, defensivas o mixtas.

Hay otra parte del arte militar que se halla de manera intrínseca engarzada con la estrategia, y nos referimos a la política de la guerra, que delimita los casos en que ésta es forzosa o ineludible, la zona del teatro de operaciones que debe optarse para llevarla a cabo, y examinar o tantear la indagación de alianzas y neutralidades, y tratar de arrebatárselas al enemigo, y continua desplegando un papel significativo durante la contienda pues procura conservar las alianzas o romper las que haya contraído el enemigo, interviniendo en los armisticios, fijando las condiciones en que ambos beligerantes deben subordinarse, y prepara y discute los tratados de paz a fin de sacar el mayor provecho de la victoria o atenuar las consecuencias de la derrota.

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espero que te ayude

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