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Respuesta:
Las aves tienen nueve sacos aéreos no vascularizados, situados entre los órganos y conectados a los pulmones y a los huesos (gran parte de sus huesos tienen aire en lugar de médula ósea).4 Estos sacos se dividen en un grupo anterior, formado por los sacos interclavicular, los cervicales y los torácicos anteriores, y un grupo posterior, formado por los torácicos posteriores y abdominales. Todos son pares menos el interclavicular, que sólo hay uno. Los sacos anteriores, los pulmones y los posteriores están conectados. Los sacos aéreos y sus conexiones permiten una eficaz ventilación con un flujo de aire casi continuo que pasa por los pulmones, lo que proporciona el oxígeno necesario para el elevado metabolismo de las aves y facilita la extracción de oxígeno incluso si está en bajas concentraciones. El intercambio de gases se realiza en los pulmones, donde hay un sistema de parabronquios y capilares aéreos (no tienen alvéolos como los de los mamíferos) rodeados de capilares sanguíneos. La tráquea de las aves se divide en dos bronquios principales (mesobronquios), que se dirigen a los sacos aéreos posteriores (no a los pulmones) y se dividen sucesivamente en bronquios cada vez menores con muchas conexiones entre ellos hasta acabar en los mencionados parabronquios de los pulmones.
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