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La ciudadanía es un estatus, un reconocimiento jurídico y social de los individuos. ... El inmigrante no posee ninguno de estos derechos, se le niega la legitimidad social y la concesión de cualquier derecho social y político–jurídico.
A pesar de las justas críticas de los aspectos negativos de la globalización, es innegable que este proceso acerca personas de diversas procedencias, incluso físicamente. El inmigrante se convierte así en la figura del nuevo ciudadano global, cualesquiera que sean los las matices que esta afirmación requiera.
En la configuración de esta nuevo concepto de ciudadano, los derechos humanos juegan un papel que puede parecer paradójico a primera vista. Por un lado refuerzan las demandas de más derechos y más beneficios socio-económicos para los inmigrantes, pero al hacerlo parecieran dar a entender que la ciudadanía es únicamente un soporte de derechos y beneficios. Por este motivo, un nuevo
Notas
concepto de ciudadanía debe integrar también la solidaridad, como responsabilidad cívica por el bien común. Derechos humanos y solidaridad pueden entonces dar una identidad renovada a las naciones que, con razón o sin ella, se preocupan por el rostro cada vez más multicultural de sus sociedades.
En cuanto a los países andinos, no podemos olvidar que también son receptores de inmigrantes, aunque en menos medida que los países del Norte. Pero el repensar la ciudadanía para los nuevos tiempos no es una cuestión de cantidad sino del proyecto de comunidad política que queremos para nuestra región. En esto nos ayudará el ver en el inmigrante no sólo al individuo necesitado, objeto de nuestra hospitalidad y caridad, sino a un contribuyente más del bien común de nuestros países.
RESALTÓ LO MÁS IMPORTANTE PARA TI DE NADA....
A pesar de las justas críticas de los aspectos negativos de la globalización, es innegable que este proceso acerca personas de diversas procedencias, incluso físicamente. El inmigrante se convierte así en la figura del nuevo ciudadano global, cualesquiera que sean los las matices que esta afirmación requiera.
En la configuración de esta nuevo concepto de ciudadano, los derechos humanos juegan un papel que puede parecer paradójico a primera vista. Por un lado refuerzan las demandas de más derechos y más beneficios socio-económicos para los inmigrantes, pero al hacerlo parecieran dar a entender que la ciudadanía es únicamente un soporte de derechos y beneficios. Por este motivo, un nuevo
Notas
concepto de ciudadanía debe integrar también la solidaridad, como responsabilidad cívica por el bien común. Derechos humanos y solidaridad pueden entonces dar una identidad renovada a las naciones que, con razón o sin ella, se preocupan por el rostro cada vez más multicultural de sus sociedades.
En cuanto a los países andinos, no podemos olvidar que también son receptores de inmigrantes, aunque en menos medida que los países del Norte. Pero el repensar la ciudadanía para los nuevos tiempos no es una cuestión de cantidad sino del proyecto de comunidad política que queremos para nuestra región. En esto nos ayudará el ver en el inmigrante no sólo al individuo necesitado, objeto de nuestra hospitalidad y caridad, sino a un contribuyente más del bien común de nuestros países.
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vanepacheco667:
Resalte ******
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