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Respuesta:
Este derrocamiento se debió al complejo momento político que vivía el Ecuador en esos años, el surgimiento de la izquierda política, el cual incluía el peligro inminente de que estallara una guerra civil debido a la polarización de las facciones que pretendían llegar al poder en las elecciones venideras. Es bueno recalcar que Rodríguez Lara era un personaje desconocido en la escena política nacional del Ecuador hasta ese momento. Fue el golpe de estado el que lo dio a conocer en el ámbito nacional e internacional.
Explicación:
Guillermo Antonio Rodríguez Lara (Pujilí, Cotopaxi, 4 de noviembre de 1924) es un exdictador, militar, político y agricultor ecuatoriano. Fue Presidente del Ecuador en un período de facto durante un lapso que se extendió por casi cuatro años, suceso ocurrido tras el incruento derrocamiento de José María Velasco Ibarra en febrero de 1972. Gobernó el país desde el 15 de febrero de 1972 hasta el 11 de enero de 1976.
Asumió el poder en virtud de ser el oficial más antiguo al momento en que las Fuerzas Armadas del Ecuador decidieron intervenir políticamente y dar un golpe de Estado para establecer un gobierno que se autodenominó arbitraria y unilateralmente "nacionalista y revolucionario", denominación discutida por la historia en lo posterior, y cuyo objetivo era controlar e invertir los cuantiosos ingresos producidos por la exportación de petróleo que se comenzaron a percibir a comienzos de la década de los setenta, coincidiendo esto con la grave crisis energética mundial que aquejó al mundo por aquellos años, y que en lo principal afectó en especial al mundo industrializado y a los países más pudientes o con mayor poder adquisitivo, más que nada a Europa y Estados Unidos.
Su asunción al poder se dio en medio de un ambiente bastante convulsionado, raro e incierto, y debido a que se quiso evitar la celebración de unas elecciones generales cuyo ganador ya se sabía con creces de antemano. Con ello se logró impedir que Assad Bucaram E. participara y ganara en las nunca celebradas elecciones presidenciales de 1972. En un principio se pensó, e incluso pareció, que el gobierno de Rodríguez Lara iba a ser de una tendencia marcadamente progresista o inclinada hacia una izquierda moderada, más esto no se cumplió tal y como se esperaba o anunciaba, y el paso del tiempo, se encargó de rectificar o desmentir dicha falsa creencia.
Finalmente no se cumplieron las expectativas iniciales de cambio que se depositó en el nuevo gobernante y que en la época eran bastante altas, lo cual a la postre produjo un desgaste inevitable e irreversible de la gestión gubernamental del general Rodríguez Lara, circunstancia que culminó con su alejamiento definitivo del poder y de la política ecuatoriana. Nunca después volvió a tener una participación destacada o digna de nombrarse en la vida pública del Ecuador y hasta se podría afirmar que su figura cayó en el olvido con el paso de los años.
La dictadura de Rodríguez Lara marcó el inicio de un breve lapso en el cual Ecuador estuvo gobernado por regímenes militares, el cual, no obstante, solo duró siete años y no tuvo una trascendencia de peso que constituyera un hito relevante en la historia del país, contraponiéndose así a lo sucedido en muchos otros países latinoamericanos. El triunvirato militar que sucedió a Rodríguez decidió asumir voluntariamente un plan de retorno a la democracia que se ejecutó sin mayores dificultades operativas, aunque en un plazo relativamente largo o dilatado, y con una gran distancia de tiempo, entre la celebración de la primera y segunda vuelta electoral, para elegir el nuevo presidente y el vicepresidente, lo cual fue considerado inusual, en comparación con lo que solía suceder en otros países en los que existían dos vueltas electorales.