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Respuesta:Solar, hidráulica, eólica o las procedentes de la biomasa y de los biocombustibles, son algunas de las energías renovables que ayudan a preservar el medio ambiente.
Estas son una forma inagotable y limpia de producir energía, porque pueden ser reemplazadas tan pronto como son consumidas, al encontrarse en cantidades infinitas. Los costes medioambientales de las energías fósiles, la dependencia energética exterior y la creación de nuevas actividades económicas han contribuido a fomentar el interés por el aprovechamiento de este tipo de energía.
El sol, el viento, los ríos, los residuos urbanos, la fuerza del mar y el calor de la tierra son recursos que se presentan como alternativa a las energías clásicas para el momento en que estas sean insuficientes.
Beneficios y perjuicios
Los científicos están investigando sobre aquellas energías que pudieran impedir el acelerado proceso de contaminación del planeta. Pero, ¿cuáles son las que realmente interesa desarrollar? Para Javier González, Coordinador del Área de Energía en la ONG Ecologistas en Acción, "la energía eólica y la fotovoltaica son las más limpias, seguras y saludables para la naturaleza. Aunque la energía eólica también tiene perjuicios en la naturaleza, pues si se expande en grandes extensiones inunda pueblos".
Agrega que los perjuicios de la energía hidráulica (producida por el movimiento del agua) son los mismos que tiene la eólica (producida por el viento), porque los sistemas de captación de la fuerza del mar quedan bajo el agua. Además, se están haciendo muchas presas que bloquean el tránsito de los seres vivos y el césped no puede cambiar de sitio, lo que genera problemas para la biodiversidad.
Biomasa, recurso de la naturaleza
La biomasa es la energía natural de uso más primitivo y es producida de forma directa por los productos de la naturaleza, sin intervención humana.
"Si la biomasa procede de los restos de los montes, por ejemplo, de los cortafuegos, o se realiza una buena gestión del monte para el debido uso de sus recursos naturales, esta energía resulta positiva. Pero si al final eso se convierte en tener que arrasar el monte para conseguir madera con la finalidad de fabricar biomasa, ese producto deja de ser sostenible", explica González.
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