Respuestas
. Tienen la piel gruesa
Para liderar equipos de trabajo es de suma importancia ser dueño de una gruesa coraza y no dejarse ofender fácilmente por los demás. Al fin y al cabo, los subordinados no se morderán la lengua a la hora de opinar sobre su superior (están, de hecho, perfectamente en su derecho).
2. Son extrovertidos
Las personas extrovertidas son buenas motivando a los equipos a su cargo, conociendo rápidamente a sus subordinados y generando entusiasmo. Eso no quiere decir que las personas introvertidas tengan totalmente vetado el liderazgo. Simplemente se enfrentan a diferentes desafíos (a los que plantan cara pertrechándose de fortalezas de distinta índole).
3. Tienen confianza en sí mismos
Confiar en las habilidades y los talentos que hay en nuestras entrañas es algo que nos ayuda inevitablemente a ejercer de líderes. Si nos cuestionamos permanentemente a nosotros mismos y a nuestras propias elecciones, lo tendremos más complicado para que los demás tengan a bien seguirnos.
4. Son decididos
Quienes son decididos son capaces de evaluar rápidamente las diferentes opciones que tienen sobre la mesa y tomar decisiones inteligentes
5. Son dueños de una mente orientada a la estrategia
Ser capaz de elegir el mejor curso de acción en cada momento es una habilidad que requiere inteligencia y capacidad de decisión a partes iguales.
6. Son empáticos
Los buenos líderes son extraordinariamente hábiles poniéndose en los zapatos de los demás. Y construyen de esta forma relaciones más sólidas y duraderas con las personas a su cargo.
7. Son inteligentes
La inteligencia es un “must” a la hora de tomar decisiones complejas y salir de los laberintos en los que a menudo se quedan atrapados los líderes.