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VISIÓN DESACRALIZADA DE RODOLFO WALSH
Eduardo Jozami hace la biografía de Rodolfo Walsh, un escritor con compromiso político que nunca abandonó la militancia con la palabra.
BUENOS AIRES (Télam).- Militante político, periodista, escritor, docente universitario, Eduardo Jozami asegura que en su reciente libro "Rodolfo Walsh. La palabra y la acción" buscó trazar una biografía intelectual que fuera, sobre todo, fiel al legado del autor de la célebre "Carta a la Junta Militar".
"En estos años se ha construido una imagen mitificada de Walsh, casi reverencial pero a veces descafeinada. Lo que quise fue poner sus opciones en el tamiz de la crítica y someter sus escritos a la prueba del tiempo, con una mirada desacralizada, que es lo mejor que puede hacerse con un intelectual riguroso", evaluó Jozami a Télam.
El resultado de ese esfuerzo es un volumen iluminador sobre la vida y obra de un escritor que a lo largo de dos décadas y media ejerció un creciente compromiso político y nunca abandonó la militancia con la palabra, hasta convertirse en un emblema.
Pero como el handicap del "Turco" Jozami es haber participado -y recorrido- casi del mismo universo que Walsh, el libro es además una mirada reflexiva y rica en detalles sobre el poderoso telón de fondo de un tiempo turbulento y sus protagonistas.
La tesis del autor es relativamente sencilla: así como un Maradona podría ser cualquier cosa pero siempre seguirá siendo aquel jugador de fútbol, Rodolfo Walsh fue esencialmente un escritor, un intelectual de su época que nunca dejó de verse a si mismo como tal y se obligó a la coherencia entre palabras y hechos.
"Siempre resultará sorprendente que apenas dos años después de haber escrito elogios a la Revolución Libertadora y al coraje de los aviadores navales que bombardearon la Plaza de Mayo en junio de 1955, se convirtiera en el autor de la saga de la Resistencia Peronista y confesara que la investigación de Operación Masacre le cambió la vida", señala Jozami.
Como no podría ser de otro modo, el libro recorre con sentido casi cronológico el camino político de Walsh, desde un extraño arranque en la derechista Alianza Libertadora Nacionalista hasta el conocido final al frente del área de informaciones de los Montoneros y la agencia clandestina de noticias, desde la que llama difundir informaciones proscriptas como un acto de "satisfacción moral" casi individual.
"Mientras se alejaba de esa conducción con críticas la militarismo elaboraba planes propios para reencontrarse con la literatura y volver a escribir", reseña Jozami sobre las vísperas de su asesinato por una patota de la ESMA en una esquina de San Cristóbal, en marzo de 1977.
En ese recorrido vital, aparecen sus primeros relatos periodísticos publicados en la revista "Leoplán" y la estadía durante año y medio en la Cuba, donde participa de la fundación de la agencia Prensa Latina, vibra con la revolución y descifra los códigos que anticipan la invasión de Bahía Cochinos de 1962.
Jozami ata cabos sueltos con mirada de experto y colige otras conclusiones, como que la publicación de esas claves en la revista argentina "Che" son un alarde de desconfianza a los aparatos políticos que, al igual que su adhesión al fidelismo, al nacionalismo popular y al culto de coraje, lo acompañarán hasta el final.
También constata que ni siquiera en la entrevista con Perón en Madrid a fines de los '60, en la que se conviene que se haga cargo del periódico de la CGT de los Argentinos, el líder logra cautivarlo, aunque palpite como "un drama personal" tanto las vicisitudes de su movimiento como la defección de la burocracia sindical, y potencie su admiración por Evita.
Jozami no elude un tema central donde del mito del hombre capaz de llevar a la acción lo que piensa debe ceder paso a otras consideraciones: el valor de su literatura como tal.
"Rodolfo Walsh nunca quiso escribir su entrevista con Perón pero la primera obra del 'no ficción' nacional, su cuento 'Esa mujer' es el producto de una entrevista periodística frustrada con el coronel que tenia oculto su féretro", observa.
También destaca que la muerte del Che Guevara, a la que Walsh como toda la generación asigna un valor fundacional en la opción por la violencia, es procesada en términos literarios.
Su cuento "Un oscuro día de justicia" es escrito bajo el impacto emocional del hecho y narra la derrota del héroe de los chicos internados en el pupilo de los curas irlandeses que toman como enseñanza que sólo se puede confiar en las propias fuerzas.
Cuentos, investigaciones periodísticas y hasta sus papeles personales, los escritos de Walsh fueron editados y reeditados tras la restauración democrática, y ahora, en una nueva tanda a casi treinta años de su muerte, se suma este ensayo integral de Jozami, que llena el hueco con creces.
Explicación:
El resultado de ese esfuerzo es un volumen iluminador sobre la vida y obra de un escritor que a lo largo de dos décadas y media ejerció un creciente compromiso político y nunca abandonó la militancia con la palabra, hasta convertirse en un emblema.
Pero como el handicap del "Turco" Jozami es haber participado -y recorrido- casi del mismo universo que Walsh, el libro es además una mirada reflexiva y rica en detalles sobre el poderoso telón de fondo de un tiempo turbulento y sus protagonistas.
La tesis del autor es relativamente sencilla: así como un Maradona podría ser cualquier cosa pero siempre seguirá siendo aquel jugador de fútbol, Rodolfo Walsh fue esencialmente un escritor, un intelectual de su época que nunca dejó de verse a si mismo como tal y se obligó a la coherencia entre palabras y hechos.
"Siempre resultará sorprendente que apenas dos años después de haber escrito elogios a la Revolución Libertadora y al coraje de los aviadores navales que bombardearon la Plaza de Mayo en junio de 1955, se convirtiera en el autor de la saga de la Resistencia Peronista y confesara que la investigación de Operación Masacre le cambió la vida", señala Jozami.
Como no podría ser de otro modo, el libro recorre con sentido casi cronológico el camino político de Walsh, desde un extraño arranque en la derechista Alianza Libertadora Nacionalista hasta el conocido final al frente del área de informaciones de los Montoneros y la agencia clandestina de noticias, desde la que llama difundir informaciones proscriptas como un acto de "satisfacción moral" casi individual.
Explicación: