3) ¿Porqué el muciélago no quiso unirse con los otros
animales? *
por envidioso
O por malo
O no quiso comprometerse con ellos
por miedo
Respuestas
Respuesta:(☞ ಠ_ಠ)☞
Explicación:
Respuesta:
Nos encantan los delfines, siempre están sonriendo. Pero nos dan pánico los tiburones, con su aleta dorsal surgiendo amenazadoramente del agua. Sin embargo, ni el delfín sonríe para nosotros (es simplemente el diseño de su mandíbula) ni el tiburón representa una amenaza para el ser humano. ¿Por qué sentimos simpatía hacia unos y terror hacia otros?
Nuestra percepción de los animales que nos rodean, la simpatía o repulsión que nos producen, obedece a menudo a pormenores que nada tienen que ver con su comportamiento sino única y exclusivamente con su aspecto.
Toleramos la compañía de las golondrinas, pero sentimos repulsa hacia el sapo, el murciélago o la salamanquesa . Las golondrinas son beneficiosas -decimos- pues se comen a los mosquitos. Lo que ignoramos, porque no sentimos el mínimo interés en conocerlo, es que el anuro, el quiróptero y el reptil también: está científicamente demostrado que los murciélagos comunes que revolotean por nuestras azoteas nos libran de más de mil mosquitos cada hora
Cuando llegó a la cueva junto al granjero el naturalista observó que el suelo estaba cubierto por una gruesa capa de restos brillantes y crujientes. Alzó la mano llena de ellos y el agricultor abrió los ojos de par en par: eran restos quitinosos de los escarabajos de la patata. “Los murciélagos se alimentan de ellos –le dijo Merlin, mirando al granjero- tus campos de patatas les sirven de despensa”. “Cuantos calculas que deben comer”, le preguntó éste muy interesado, a lo que el naturalista respondió: “Por el tamaño de la colonia calculo que unos 50 kilos cada noche”.
Cincuenta kilos de escarabajos de la patata cada noche. El granjero empezó a echar cuentas. Por eso su finca era una de las más productivas de la comarca: por eso se ahorraba todo el dinero que su competencia gastaba en plaguicidas; por eso no necesitaba comprar fertilizante (el guano de murciélago es exquisito para las plantas, se lo digo por propia experiencia); y por eso a la entrada de su finca pudo colgar el cartel de “patatas ecológicas”.
Aquel hombre que quería deshacerse de los murciélagos hizo un cálculo rápido: cada uno de ellos podía valorarse en más de 100 dólares. ¡En aquel momento acababa de nacer el mayor defensor de los murciélagos de todo Arkansas!
En este caso se trataba del murciélago de herradura: una especie de mayor tamaño que el pipistrelo y que, con una abultada excrecencia cutánea en la región nasal con forma de herradura (de ahí el nombre) resulta particularmente fea, tanto como beneficiosa para el ecosistema y para el agricultor.
Murciélago herradura, colgado cabeza abajo en las cuevas de Les Gavarres (Girona) (.)
A menudo sentimos desprecio por lo que ignoramos y nos provoca una repulsa atávica e irracional. Sin embargo, como en el caso de los murciélagos, si no compartieran con nosotros su existencia sufriríamos la de otros vecinos mucho más molestos: las plagas de insectos. Por eso, la próxima vez que vean un murciélago no salgan corriendo ni lo acosen. Tampoco es preciso adoptarlo como animal de compañía. Con respetarlo tanto a él como a su entorno es suficiente.