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4. Jesús en las comunidades del NT: una hipótesis
Ahora que (aunque sea muy por encima y sin muchas posibilidades de matizar) hemos situado al lector delante del
NT, quisiéramos formular una hipótesis de lectura de sus distintos libros que constituya el hilo conductor de estas
páginas. Los primeros cristianos se vieron enfrentados a muchas nuevas preguntas, a ciertas dificultades provenientes
de fuera y de dentro y, finalmente, a situaciones que pedían soluciones urgentes. Los libros del NT, ya lo hemos
visto, son un reflejo de ese caminar difícil, esperanzado y nuevo. No fueron demasiados los puntos de referencia que
les pudieron guiar en medio de muchos de estos cuestionamientos. No existía una doctrina establecida ni se había
llegado aún a soluciones satisfactorias en muchos puntos sencillamente fundamentales. Los problemas eran nuevos.
La misma identidad religiosa cristiana era muy débil. Los puntos de referencia eran variados, pero poco definidos: el
judaísmo, las corrientes religiosas más conocidas, las filosofías de los entornos culturales más familiares... En este
contexto nuevo, sin puntos de apoyo claros y con cuestionamientos muy radicales de parte de los poderes
establecidos (las corrientes religiosas más importantes y oficiales, el imperio, una aristocracia dominante), ¿cómo
librarse de las dificultades y las amenazas que venían de todas partes? ¿Qué criterios tenían los cristianos para el
discernimiento de las muchas situaciones conflictivas que los rodeaban?
Aquí quisiéramos situar nuestra hipótesis de lectura del NT: por encima de todo, un punto fue siempre decisivo; la
vida de Jesús. Son las grandes actitudes de Jesús, los datos más importantes de su proclamación del Reino, su
comportamiento ante Dios y el pueblo, lo que fue guiando a los cristianos del siglo I en medio de muchos momentos
difíciles y de las preguntas internas y externas que los acompañaron. De ahí que la pregunta fundamental del
cristianismo, “¿quién es Jesús?”, sea, en el fondo, el gran tema de todos los documentos importantes del NT. Tal vez
esto resulte suficientemente claro y evidente. Pero lo que quisiéramos subrayar en estas páginas es que los diferentes
documentos del NT no hablan nunca de Jesús al margen de su vida terrena. Más aún: todos presuponen, de un modo
u otro, esta vida terrena; y en la medida en que esta vida terrena es un momento fundamental de la identidad del
Señor exaltado, constituye un criterio esencial para todos los cristianos del NT. Esta es la hipótesis y la pregunta que
nos acompañará en nuestra lectura de los distintos documentos del NT
La hipótesis no es nueva. Pero con demasiada frecuencia damos por supuesto que los únicos documentos del NT
que están verdaderamente interesados por la vida terrena de Jesús son los evangelios. Es este horizonte el que
quisiéramos ampliar. Porque, por mucho que el interés de los evangelios sinópticos por la vida terrena de Jesús
pueda ser manifiesto para muchos, en cambio, no deja de ser una especie de postulado, tanto de la exégesis como de
la lectura cristiana del NT, el que ni Pablo ni las cartas del NT (ni el Apocalipsis ni, hasta cierto punto, el evangelio
de Juan) parecen mostrar interés de ninguna especie por Jesús de Nazaret, por su vida terrena. Esto es lo que
quisiéramos aclarar en estas páginas. Constatar que Jesús de Nazaret es el criterio fundamental de la fe y de la vida
cristiana para todos los grandes autores del NT Ver que es la vida de Jesús la que ha constituido un punto de
referencia ineludible para todos los cristianos del siglo 1. En este sentido también lo puede ser para nosotros.
En el marco de esta hipótesis, nuestra lectura del NT pretende iluminar la vida creyente de hoy a través de las
distintas respuestas que se dieron a la pregunta capital: “y vosotros ¿quién decís que soy yo?”. En la medida en que
los documentos que forman el NT son punto de referencia ineludible también para nosotros, su variada y múltiple
respuesta a esta pregunta puede ser no sólo un punto de referencia en nuestras clarificaciones teológicas, sino
también en nuestras experiencias cristianas. Porque las diferentes cristologías neotestamentarias son, por encima de
todo, caminos de fe y de esperanza de los cristianos del siglo 1. En este sentido pueden ser iluminadoras, no única ni
principalmente de nuestra Teología, sino, sobre todo, de nuestra fe y de nuestra esperanza.
Explicación:
Explicación:
crees q en Jesucristo se construye la comunidad