• Asignatura: Religión
  • Autor: elchurches2999
  • hace 6 años

¿Cómo siento que Dios ha intervenido en mi historia?

Respuestas

Respuesta dada por: 74343972
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Respuesta:1.- EL CREDO DE ISRAEL Y EL CREDO CRISTIANO

El Dios de la revelación judeo-cristiana es un Dios que se relaciona con el hombre.  

No es un Dios abstracto, lejano, que se desentiende de su creatura y de su creación, sino  

un Dios personal, implicado en la vida de los hombres, un Dios que entra en la historia,  

aunque sin confundirse con la historia. Es el Señor de la historia. Por eso, conduce los  

acontecimientos,  sin  mezclarse  con  ellos.  Esta  muy  presente,  pero  guardando  la  

distancia.  Es  trascendente  en  su  inmanencia.  Más  presente  a  nosotros  que  nuestra  

propia intimidad, pero también trascendente, distinto, “otro”. Esta es la paradoja. No es  

el  Dios  del  deísmo, que  se  desentiende  del  mundo; pero  tampoco  es  el  Espíritu  

hegeliano,  que  se  despliega  en  la  historia y  se  confunde  con  ella,  un  Dios  que  cobra  

conciencia de sí mismo al desplegarse, de modo que casi necesita de la historia para ser  

Dios.

Para el Antiguo Testamento, la fe podría resumirse como el reconocimiento de la  

intervención salvífica de Dios en la historia. Abraham es la primera gran  figura bíblica  

que  encuentra  y  discierne  en  su  propia  historia  la  presencia  de  Dios.  Pablo  llama  a  

Abraham “padre de la fe” (Rm 4,11), porque se fió de la palabra que Dios le dirigía y en  

ella fundamentó su vida y su futuro.

El segundo gran personaje de la historia de Israel que supo discernir la presencia  

de  Dios  en  la historia  fue  Moisés. El  Dios  de  Moisés  escucha  el  clamor  de  su  pueblo,  

oprimido  por  los  egipcios,  conoce  sus  sufrimientos  y  decide  “bajar  para  librarle  de  la  

mano  de los egipcios  y llevarle a  una  tierra  buena,  que mana leche  y miel”  (Ex  3,7-8).  

Este  Dios  encarga  a  Moisés  que  diga  a  los  ancianos  de  Israel: “Yo  os  he  visitado”  (Ex  

3,16). Se trata de un Dios solidario con su pueblo.

Así se explica que cuando  Israel confiesa su  fe, en realidad cuenta la historia de  

las  intervenciones  de  Dios  en  su  favor: “Mi  padre  era  un  arameo  errante  que  bajó  a  

Egipto y residió allí como inmigrante… Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y  

nos  impusieron  dura  servidumbre.  Nosotros  clamamos  a  Yahvé,  Dios  de  nuestros  

padres,  y  Yahvé  escuchó  nuestra  voz;  vio  nuestra  miseria,  nuestras  penalidades  y  

Martín Gelabert: Presencia de Dios en la historia 2

nuestra opresión. Yahvé nos sacó de Egipto con mano  fuerte… Nos trajo aquí y nos dio  

esta tierra que mana leche y miel” (Dt 26,5-9).

Este Credo proclama la libertad, el poder, la fidelidad y el amor de Dios que libra  

a  su  pueblo  de  la  esclavitud  de  Egipto.  Cada  generación  debe  reconocer  este  hecho  y  

renovar  su  compromiso.  Con  ocasión  de  la  gran  fiesta  anual  de  la  Pascua,  el  israelita  

confiesa  su  Credo  y  lo  transmite  a  sus  hijos  (Ex  12,26;  13,8;  Dt  6,20).  Dios  se  da  a  

conocer en la historia del pueblo, en acontecimientos y gestas liberadoras, en el lenguaje  

de los hechos, revelando así su divinidad y soberanía. Hasta tal punto que la historia de  

este pueblo se entiende como una historia de fe. Y su credo, la expresión de su fe, es la  

confesión de que Dios ha actuado en su historia. Confesión que no sólo apunta al pasado,  

sino también al presente y al porvenir: Dios sigue actuando, sigue presente, conduciendo  

la vida de los que le son fieles.

Explicación:

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