• Asignatura: Religión
  • Autor: dannavanesa31
  • hace 7 años

¿De qué forma se manifestó la acción salvadora de Dios en los Hechos descritos? Por fa rapido!

Respuestas

Respuesta dada por: eduardo620
18

Respuesta:

ahí esta la repuesta a tu pregunta

Explicación:

Las acciones de Dios son misterios que el lenguaje humano no alcanza a abarcar y que solo podemos acoger desde la fe. Uno de ellos la Encarnación o humanización de Dios en la persona de nuestro Señor Jesucristo, en el seno virginal de María.

El Evangelio de hoy (Mateo 1, 18-24) evoca una profecía escrita unos 700 años a. C., cuando Isaías (7, 10-14) había anunciado el nacimiento de un hijo que sería concebido por una virgen. El hijo anunciado por el profeta Isaías es llamado Emmanu-El (nombre hebreo que significa Dios con nosotros), y tal como nos lo presenta el Evangelio evocando la profecía de Isaías, es Dios en persona que viene a compartir nuestra condición humana en la persona de Jesús, haciéndose igual a nosotros en todo, menos en el pecado (Hebreos 4,15).

Tal es el sentido del acontecimiento de la Encarnación, que precisamente por pertenecer al orden de las realidades únicamente captables por la fe, es un misterio revelado por Dios, el mismo al que se refiere el salmo responsorial de este domingo [Salmo 24 (23)]: Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes. Este mismo Dios que ha creado el universo, no es un ser lejano e inaccesible, sino un Dios cercano que asume nuestra naturaleza humana para salvarnos y comunicarnos su vida eterna.

El relato del Evangelio, escrito en la perspectiva de José, el esposo de la Virgen María, nos presenta la encarnación en Jesús como un acontecimiento realizado por obra del Espíritu Santo. Y lo que nos quiere decir a partir de la descripción del ángel o mensajero de Dios que se le aparece en sueños y le anuncia el nacimiento del Salvador, es que en la vida de aquel humilde carpintero se inició un proceso que lo llevó a reconocer desde la fe el misterio de la acción de Dios, más allá de las apariencias visibles.  

A una actitud de fe similar somos invitados también nosotros para aceptar el misterio de la virginidad de María, que va más allá de la afirmación de un fenómeno físico de carácter biológico, significando que la Encarnación no es un hecho que proviene del querer humano, sino de la voluntad divina.

Respuesta dada por: lostaunau75631250
4

Explicación:

Las acciones de Dios son misterios que el lenguaje humano no alcanza a abarcar y que solo podemos acoger desde la fe. Uno de ellos la Encarnación o humanización de Dios en la persona de nuestro Señor Jesucristo, en el seno virginal de María.

El Evangelio de hoy (Mateo 1, 18-24) evoca una profecía escrita unos 700 años a. C., cuando Isaías (7, 10-14) había anunciado el nacimiento de un hijo que sería concebido por una virgen. El hijo anunciado por el profeta Isaías es llamado Emmanu-El (nombre hebreo que significa Dios con nosotros), y tal como nos lo presenta el Evangelio evocando la profecía de Isaías, es Dios en persona que viene a compartir nuestra condición humana en la persona de Jesús, haciéndose igual a nosotros en todo, menos en el pecado (Hebreos 4,15).

Tal es el sentido del acontecimiento de la Encarnación, que precisamente por pertenecer al orden de las realidades únicamente captables por la fe, es un misterio revelado por Dios, el mismo al que se refiere el salmo responsorial de este domingo [Salmo 24 (23)]: Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes. Este mismo Dios que ha creado el universo, no es un ser lejano e inaccesible, sino un Dios cercano que asume nuestra naturaleza humana para salvarnos y comunicarnos su vida eterna.

El relato del Evangelio, escrito en la perspectiva de José, el esposo de la Virgen María, nos presenta la encarnación en Jesús como un acontecimiento realizado por obra del Espíritu Santo. Y lo que nos quiere decir a partir de la descripción del ángel o mensajero de Dios que se le aparece en sueños y le anuncia el nacimiento del Salvador, es que en la vida de aquel humilde carpintero se inició un proceso que lo llevó a reconocer desde la fe el misterio de la acción de Dios, más allá de las apariencias visibles.

A una actitud de fe similar somos invitados también nosotros para aceptar el misterio de la virginidad de María, que va más allá de la afirmación de un fenómeno físico de carácter biológico, significando que la Encarnación no es un hecho que proviene del querer humano, sino de la voluntad divina.

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