texto: "agitadores de la lectura"​

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Respuesta dada por: rodezelxD
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SinayEscritor, especialista en vínculos humanos.Entre la palabra libroy la palabra librehay  ape-nas  una  letra  de  diferencia,  lo  cual  quizá  no  essimple  casualidad,  ya  que  el  libro  nos  hacelibres. No está de más recordarlo en un momen-to  en  que  se  confunde  con  frecuencia  y  conliviandad la conexión (un fenómeno tecnológico)con  la  comunicación  (un  fenómeno  que  involu-cra nuestros atributos emocionales, espirituales,psíquicos  e  intelectuales  y  que  no  necesitanecesariamente aparatos). Hasta tal punto llegala  confusión  que  un  fanático,  en  nuestro  país,escribió que, si se puede salvar un disco rígido,para  nada  importa  que  se  quemen  todos  loslibros del mundo. Eso sí, para comunicar su pro-puesta se valió de un medio impreso.Desde  que  en  el  siglo  XV  el  alemánGutenberg inventó la imprenta, el libro no sólose consagró como uno de los más formidablesinventos  de  la  humanidad,  sino  que  tambiénempezó a vivir bajo el presagio de que prontodesaparecería, ya fuese porque no interesaríaa  nadie  o  porque  sería  desplazado  por  otrosrecursos (la fotografía, la radio, el cine, la tele-visión, intemet y la computadora). La mayoríade  esos  agüeros  ha  desaparecido,  desmenti-dos  por  el  tiempo  y  los  acontecimientos.Mientras  tanto,  las  grandes  ideas  que  perdu-ran, las historias que nos conmueven por suscontenidos y por la belleza y la calidad de sunarración, las más profundas exploraciones dela  experiencia  y  la  existencia  humana  perdu-ran en forma de libro. También, muchas de lasgrandes estupideces y las ideologías más per-versas  se  han  divulgado  a  través  de  esemedio. Así como (más allá de sus usos útiles)muchas  veces  las  pantallas  estrechan  nues-tros  horizontes,  nos  aíslan  del  mundo,  comennuestro  tiempo,  aplanan  nuestra  imaginacióny,  en  el  afán  de  la  velocidad,  de  la  multiplici-dad,  de  cosechar  la  “amistad”  de  multitudesanónimas y virtuales, van destruyendo nuestrasintaxis,  empobreciendo  nuestro  lenguaje,secando  nuestra  capacidad  de  crear  metáfo-ras,  el  libro  nos  lleva  en  la  dirección  opuesta.“El  que  lee  nunca  está  sólo”,  decía  el  NegroFontanarrosa.  Y  es  así.  El  que  lee  conocegente,  la  concibe  junto  con  el  escritor  (unmismo  personaje  es  distinto  en  la  fantasía  decada  lector),  toma  palabras  y,  procesándolasen  su  imaginación,  ahonda  conceptos,  fundamundos,  se  alimenta  de  ideas  y  argumentos,se  embaraza  de  temas  de  conversación  queluego comparte o divulga, enriquece su voca-bulario, se deleita con el silencioso sonido delas  palabras.  La  lectura  fomenta  la  actividademotiva, intelectual e imaginativa; las pantallasnos reducen a la pasividad al entregamos tododicho o todo visto.Mientras  que  la  conexión  virtual  destruyevocablos abreviándolos de un modo patético, ellibro es el soporte que conserva, nutre, celebray enaltece el lenguaje, la más poderosa herra-mienta  de  comunicación  humana,  cuya  formaactual  fue  concebida  hace  cinco  mil  años  porlos sumerios y desarrollada luego a lo largo dela  historia  de  la  especie.  Y  pueden  conservar,incrementar y contagiar el único vicio que nutre,que  mejora  la  vida  y  que  hasta  puede  permitirvislumbrar su sentido: el vicio de la lectura.“¿Un libro puede salvar una vida?”, le pre-guntaron  a  Paul  Holdengraber,  director  de  laBiblioteca Pública de Nueva York. “Incluso unasola  línea  puede  hacerlo  respondió”.  “Peropara eso hay que leer con humor”. ¿Y qué esleer con humor? “No identificarse con una solamirada  y  permitir  que  todas  te  cosquilleen,teniendo  una  mirada  golosa  y  juguetona.  Unfanático  es  alguien  que  ha  leído  sin  humor”.Holdengraber se llama a sí mismo “agitador dela  lectura”,  dice  que  el  libro  es  un  tercer  pul-món  que  nos  permite  respirar  el  mundo  yrecuerda  que  “el  libro  es  algo  que  se  puedetocar, que emborracha por el tacto. Y, precisa-mente  en  un  mundo  cada  vez  más  virtual  ytelevisual,  su  presencia  táctil  ganará  aura.¡Una  biblioteca  será  el  Palacio  del  Aura!”.Bienvenidos los agitadores de la lectura.Agitadores de la lecturaEl que lee conoce gente, la concibe junto con el escritor, toma palabras y, pro-cesándolas en su imaginación, funda mundos y se alimenta de ideas.Extraído de la revista Nueva

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Respuesta dada por: maunoluisana
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es muy buena laaplicacion

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