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El color de ojos no es otra cosa que la cantidad de melanina que haya concentrada en el iris. Dependiendo de su concentración el color será más oscuro o más claro. ¿Y qué es lo que determina esa cantidad? Los genes.
Desde el momento en el que se produce la fecundación, los genes tanto del padre como de la madre determinarán el aspecto físico de los hijos. Por lo tanto, el color del pelo y de los ojos es hereditario y se va transmitiendo de padres a hijos. Como en las multiplicaciones matemáticas, el orden de los genes paternos o maternos no altera el color final que vayan a tener los hijos.
Si los padres tienen los ojos oscuros, lo más probable es que los hijos que tengan salgan también con este tono de ojos. Pero el juego de la genética tiene sus incógnitas, ya que la combinación posible de genes es tan grande que las probabilidades podrían ser infinitas. En este vídeo te explicamos qué probabilidad existe de que salgan con un color u otro dependiendo del color de sus progenitores.
El color marrón es el más común. Esto se debe a que los colores oscuros son dominantes frente a los claros. Sin embargo, que unos padres tengan los ojos marrones no quiere decir que su hijo no pueda salir con los ojos azules. Todo depende de la combinación genética que se produzca. Algunas veces los colores coinciden con los de los abuelos u otros familiares cercanos. En el vídeo te contamos cómo averiguar con qué color de ojos tendrá tu bebé.
A pesar de que el marrón sea el color que más personas tienen, existe un amplio abanico de gamas y tonalidades como el azul, el verde, el ámbar, el avellana o incluso el gris. También existen anomalías como la heterocromía, es decir, tener el iris de dos colores distintos y que no afecta sólo a los ojos sino que puede afectar al pelo y a la piel. Otras anomalías en el iris son los ojos de color violeta y los rojos, que surgen en los casos de albinismo.
Si alguna vez te has fijado en los ojos de los bebés cuando nacen, habrás podido comprobar que tienen un tono como grisáceo que impide apreciar con exactitud de qué color son sus ojos. Esto se debe a que las células encargadas de producir melanina, los melanocitos, no realizan todavía del todo bien su función. Por este motivo, hasta que no pasen aproximadamente unos seis meses y el bebé se exponga a la luz del sol no variará la cantidad de melanina que posee su iris. Aquí es donde, finalmente, se podrá comprobar la herencia genética.
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