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1. ¿Por qué el documento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es una protesta
en contra del Nazismo?

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Respuesta dada por: juanpablovalenciamur
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Respuesta:Holocausto y la colección de documentos de debate de las Naciones Unidas

La ley como acelerador del genocidio

Por David Matas, Asesor Superior honorario de B'nai Brith Canada y abogado en Winnipeg (Canadá)

En el Tercer Reich, la complicidad de la profesión jurídica en la persecución nazi se extendió por la magistratura, la fiscalía e incluso por los abogados defensores. Las leyes y quienes las hicieron respetar ayudaron a legitimar los absurdos prejuicios y a facilitar la marginación y la exclusión de los judíos de la sociedad. Esto plantea una serie de preguntas que justifican una investigación. ¿No existía ninguna norma ética internacional que los distinguidos jueces y miembros de la profesión jurídica deberían haber seguido? ¿Qué habría ocurrido si los miembros de la profesión jurídica se hubiesen negado a cooperar? ¿Por qué no lo hicieron? ¿Cómo influyó esto en los perpetradores?

El caso relacionado con la oposición a las prácticas nazis por parte del juez Lothar Kreyssig, de Brandenburgo (Alemania), puede proporcionar algunas respuestas. El juez Kreyssig, encargado de las tutelas, observó que algunos de sus tutelados, niños mentalmente retrasados y adultos alojados en un centro psiquiátrico local, morían repentinamente tras su trasladado a determinadas instituciones. Llegó a la conclusión de que el régimen nazi los había asesinado de acuerdo con su política “Operación muerte misericordiosa” y escribió al Ministro de Justicia Franz Gurtner para oponerse.

Al no obtener respuesta, en julio de 1940 el juez Kreyssig presentó ante el fiscal del Estado de Potsdam una denuncia por asesinato contra Philip Bouhler, el jefe de la Cancillería de Hitler y del programa de eutanasia nazi. A continuación, en agosto, emitió mandamientos judiciales contra los hospitales que alojaban a sus tutelados, ordenándoles que no los trasladasen sin su aprobación previa.

El Ministro de Justicia Gurtner llamó a Kreyssig a Berlín y le pidió que abandonase sus gestiones. Kreyssig se negó y Gurtner ordenó su jubilación anticipada (1). Kreyssig no sufrió ninguna otra consecuencia; recibió una pensión estatal del Tercer Reich. Vivió hasta 1986.

En su libro, Hitler's Justice: The Courts of the Third Reich (La justicia de Hitler: los tribunales del Tercer Reich), Ingo Muller escribió:«Por mucho que se busquen hombres valerosos entre los jueces del Tercer Reich, jueces que se negaran a servir al régimen desde la magistratura, el resultado total solo arroja uno: el Dr. Lothar Kreyssig» (2).

Un ejemplo extremo de un fenómeno más habitual, el jurista antisemita, fue el caso de Oswald Rothaug. Las leyes raciales de los nazis prohibían, entre otras cosas, las relaciones sexuales entre judíos y arios. Leo Katzenberger fue procesado en marzo de 1942 por tener una aventura con Irene Seiler. Ambos negaron la aventura y no hubo pruebas de lo contrario, excepto que ambos se conocían y eran amigos. A pesar de ello, Katzenberger fue declarado culpable por el juez Oswald Rothaug, condenado a muerte y ejecutado en junio de 1942 (3).

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