Las partes clásicas de una Constitución son:
a) Dogmática y orgánica
b) Civil y penal
c) Democrática y representativa
d) Ninguna
Respuestas
Respuesta:
La Constitución de los valores, que es la forma de definir el significado de las
constituciones de la postguerra, debe ser realizada en el plano individual, social
y político. Se busca optimizar el ejercicio y garantía de los derechos en todas sus
dimensiones y lograr, igualmente, el perfeccionamiento del modelo de democracia
representantiva.
En ese sentido, así como se insiste en el irrestricto respeto a la dignidad, se abre
el reconocimiento de los derechos sociales y culturales, pero además se incorpora
el Referéndum o consulta popular no solo para la reforma total o parcial de la
Constitución, sino para la aprobación de normas con rango de ley, ordenanzas
municipales y materias relativas al proceso de descentralización. Es necesario
recordar que este instrumento ha permitido que la ciudadanía exprese su voluntad
para modificar el texto constitucional en materias vinculadas al sistema de justicia y
al parlamento; y la Defensoría del Pueblo como un ente autónomo, encargado de
defender los derechos de los ciudadanos y vigilar el cumplimiento de las funciones
de las instituciones públicas qué a diferencia de la Constitución de 1979, formaba
parte del Ministerio Público, otorgándole hoy independencia, albedrío y libertad en sus
funciones.
La Constitución no debe ser hecha para las coyunturas ni para responder
cerradamente a las circunstancias. El éxito es que pueda verse en el horizonte del
tiempo y a través de la historia, nutrida de su realidad, pero capaz de contribuir a
orientar su devenir. La Constitución se presenta, por ello, como un espacio cultural que
irradia e ilumina el itinerario de las instituciones y de la vida de la comunidad.
Por ello, su vigencia en estos primeros veinticinco años de vida nos ratifica su
importancia y nos obliga y compromete en el largo camino y vida democrática que le
deseamos todos al país. La Constitución de los valores, que es la forma de definir el significado de las
constituciones de la postguerra, debe ser realizada en el plano individual, social
y político. Se busca optimizar el ejercicio y garantía de los derechos en todas sus
dimensiones y lograr, igualmente, el perfeccionamiento del modelo de democracia
representantiva.
En ese sentido, así como se insiste en el irrestricto respeto a la dignidad, se abre
el reconocimiento de los derechos sociales y culturales, pero además se incorpora
el Referéndum o consulta popular no solo para la reforma total o parcial de la
Constitución, sino para la aprobación de normas con rango de ley, ordenanzas
municipales y materias relativas al proceso de descentralización. Es necesario
recordar que este instrumento ha permitido que la ciudadanía exprese su voluntad
para modificar el texto constitucional en materias vinculadas al sistema de justicia y
al parlamento; y la Defensoría del Pueblo como un ente autónomo, encargado de
defender los derechos de los ciudadanos y vigilar el cumplimiento de las funciones
de las instituciones públicas qué a diferencia de la Constitución de 1979, formaba
parte del Ministerio Público, otorgándole hoy independencia, albedrío y libertad en sus
funciones.
La Constitución no debe ser hecha para las coyunturas ni para responder
cerradamente a las circunstancias. El éxito es que pueda verse en el horizonte del
tiempo y a través de la historia, nutrida de su realidad, pero capaz de contribuir a
orientar su devenir. La Constitución se presenta, por ello, como un espacio cultural que
irradia e ilumina el itinerario de las instituciones y de la vida de la comunidad.
Por ello, su vigencia en estos primeros veinticinco años de vida nos ratifica su
importancia y nos obliga y compromete en el largo camino y vida democrática que le
deseamos todos al país.
Explicación: