Qué tipo de crisis está provocando el capitalismo ayuda​

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Respuesta dada por: sele251208
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Respuesta:El capitalismo no es sólo un sistema económico. Es un sistema social, político

y económico que se ha ido desarrollando durante los últimos siglos y, como tal

sistema social, ha ido integrando, a la vez que produciendo, los diversos cambios

sociales.

Entender el capitalismo como un sistema social remite a comprender la economía como una faceta (un aspecto) que evoluciona formando parte del desarrollo de las sociedades. La economía está incrustada en las relaciones sociales,

no puede estudiarse de manera aislada. Por ello, para analizar los problemas que

padece hoy el capitalismo se hace menester entender las transformaciones, sociales y políticas, que se han producido en los dos últimos siglos. No es lo mismo

el capitalismo del siglo xix que el del siglo xx y, muy probablemente, no será lo

mismo el capitalismo del siglo xxi, lo que nos obliga hoy a reflexionar y a espolear

diversos foros sobre su posible —o para otros, deseable— «refundación» o, tal

vez, la búsqueda de un nuevo modelo de crecimiento.

El capitalismo del siglo xix, en el momento del importante despegue de la

industrialización y de las transformaciones que llevó aparejadas, se basaba en la

consideración de que sin ninguna intervención, dejando a los mercados buscar su

propio equilibrio, el propio mecanismo encontraba sus ajustes y posibilitaba que

los distintos actores pudieran enfrentarse a las posibilidades —también a las dificultades— que la libre competencia planteaba. Pronto se vio que el crecimiento

económico no era suficiente para garantizar un desarrollo de las sociedades. Se

evidenció la necesidad de formación o educación para toda la población, por lo  

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Teresa Montagut

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que empezaron a regularse las primeras leyes de protección de los trabajadores.

En el siglo xx, el capitalismo se transforma. De un libre mercado para todos

los factores, se llega a unos mercados protegidos. Un salto significativo. Polanyi

(1944) describió en su Gran Transformación cómo en los comienzos del capitalismo el trabajo, las tierras y el dinero terminaban por convertirse en mercancías

para posibilitar su desarrollo. Sin embargo, un siglo después, la intervención del

Estado para proteger al trabajador y a la naturaleza, y también para garantizar

una cierta redistribución de la riqueza nacional, significó, a su vez, la protección

del propio sistema capitalista. Fue un nuevo modelo, en el cual la economía quedó

supeditada a la política. El quehacer político domesticó a la economía. Así, el esfuerzo económico quedaba justificado por la búsqueda de un mundo éticamente

mejor, y al propio tiempo, una mayor igualdad —o integración social— garantizaba el proceso de acumulación del capital. Aparecían los derechos sociales.

Hoy hablamos de derechos, pero no tenían ese mismo significado doscientos

años atrás. Aunque la evolución de los derechos de ciudadanía no es lineal, ya que

depende de diversas variables como el país, el sexo o la etnia, podemos trazar su

evolución de forma analítica. Ser ciudadano significa que, además de ser personas

libres e iguales ante la ley, se está reconocido como sujeto con capacidad política.

El Estado se compromete a garantizar unos niveles mínimos de bienestar y seguridad económica que permitan vivir de acuerdo con los estándares de vida que

prevalecen en lo que venimos denominando un Estado del bienestar, etapa en la

que la política social hizo posible que la democracia —junto al desarrollo de los

derechos de ciudadanía— fuera unida al crecimiento sostenido de la actividad

económica.

¿Cuál es la incidencia de la política social sobre el sistema capitalista? Existe

una tensión entre el reconocimiento de la ciudadanía y la estructura desigual de

las sociedades modernas, en la que los derechos sociales mitigan, aunque no eliminan, las desigualdades (Montagut, 2010). Redistribuyendo, en cierta medida,

algunos de los recursos se ha intentado mejorar la posición que los más desfavorecidos ocupan en el entramado de la estructura social. En este sentido puede ser

interpretada como una política paliativa, que suaviza los destrozos sociales que

la lógica del sistema capitalista provoca en determinados colectivos o personas

con grados de vulnerabilidad, y contribuye a crear sociedades más cohesionadas

que permitan el avance hacia una buena sociedad, o una sociedad donde los ciudadanos, por el mero hecho de serlo, tengan acceso a la oportunidad de ejercer

sus derechos. Este modelo, base de los Estados del bienestar modernos, entró en

dificultades hacia el último tercio del siglo xx. Se inicia con la Crisis del Petróleo,

pero en su devenir inciden muchas más variables, que planteadas conj

Explicación:

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