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Respuesta:
El cantor letrado es el que no improvisa naturalmente. La improvisación y el «repentismo» es una característica del canto gaucho que se hace extensiva a la retórica del género.
Explicación:
Respuesta:
Para entender esto es preciso distinguir en el poema tres vectores de interpretación. Uno es la del poema en sí, como objeto dado delante de uno, que se compra de forma de libro en la librería o en los quioscos. Otro es el del actor al cual todos achacan las cosas puestas en el poema. Pero hay un tercero del cual nadie habló sino muy superficialmente, y es el gauchaje que lo solía comprar junto con la yerba y el tabaco en las pulperías. Este representa una tercera dimensión no tomada en cuenta por nuestra crítica. Entrar en él es encontrar recién la verdadera dimensión del poema, su valor total, porque si el gauchaje no hubiese hecho suyo el poema, nadie se acordaría hoy ni del Martín Fierro ni de José Hernández. Si esto no lo sabíamos antes es por la falsa orientación de nuestra crítica literaria que se ocupa de hombres y libros y no de la masa de lectores. Es un defecto del país, que también se da en la política. Sabemos de manifiestos y de figuras políticas, pero no del pueblo que sufre la política.
Por eso, si alguien dijera que Hernández utiliza el término cantar porque eso era lo que hacía el gaucho, le diría que miente. Es la trampa de nuestra crítica liberal. En ella incurre Tiscornia cuando cita a Sarmiento y dice que la misión del gaucho cantor “es narrar y comentar ingeniosamente, improvisando en verso, temas tradicionales o del momento”, suponiendo que ahí termina la explicación.
Pero si el gauchaje asimiló la idea del canto en el Martín Fierro, el problema del canto ya no es algo que se expone en el poema, sino que se traslada a la nacionalidad. Es la nacionalidad la que recurre a través del Martín Fierro al canto y no José Hernández. El poema no es sólo el de un Martín Fierro que pretende “narrar y comentar ingeniosamente”, ni tampoco es un panfleto dirigido a un ministro, porque poco o nada interesa ya a José Hernández o el libro, sino que interesa lo que el pueblo creyó entender en poema. Por eso se trata de saber ¿por qué cantaba el guacho? Más aún ¿por qué en general canta el pueblo?
El canto en el Martín Fierro no es entonces un canto que dice o informa. Si bien se informa que se quiere narrar una “historia”, ésta es relativamente pequeña si se la compara con otro tema central que se anuda reiteradamente en torno a la idea de una “pena estraordinaria”. Se reitera a cada instante la imposibilidad y la frustración de vivir, sin saber en realidad qué es lo que se frustra y qué es lo que Martín Fierro ha perdido. Porque la historia que se relata en los cantos II y III. La buena vida del gaucho antes de ser perseguido, pareciera, más bien ser un estereotipo concretado en un paraíso perdido que no es tal y que nunca existió.
Explicación:
CORONITA ;V