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Respuesta:
El término caracol es el nombre común de los moluscos gasterópodos provistos de una concha espiral.
Hay caracoles marinos, dulceacuícolas y terrestres.
Los caracoles se mueven por medio de una serie de contracciones musculares ondulatorias que recorren la cara inferior del pie
Explicación:
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Explicación: Conoces bien a los caracoles? ¿Sabes cómo viven o qué comen? ¿Podrías nombrar otras partes de sus cuerpos, además de la concha? Si estas preguntas te intrigan o simplemente deseas adentrarte en el mundo de los caracoles, estás en el sitio adecuado.
Existen muchos tipos de caracoles, pero se diferencian básicamente por ser acuáticos o terrestres. Los primeros están adaptados a la vida en el mar o en cuerpos de agua dulce, pero los segundos viven exclusivamente en la tierra, aunque en zonas húmedas.
Todos los caracoles de tierra son moluscos gasterópodos, esto significa que pertenecen al mismo grupo de los pulpos, que es el filo Mollusca. A la vez, son miembros de la clase Gastropoda, donde están incluidos todos los caracoles y las llamadas “babosas”. Ser un molusco significa carecer de huesos y de esqueleto interno, pero los caracoles no están desprotegidos.
Información sobre caracoles terrestres
Su rasgo físico más llamativo es la concha o caparazón en forma de espiral que cargan sobre la espalda. Es una estructura dura compuesta por carbonato de calcio, que protege su cuerpo blando y los órganos internos como el pulmón. Porque, y he aquí una de las principales diferencias con los caracoles acuáticos, los terrestres respiran oxígeno de la atmósfera que después pasa a un pulmón. En cambio, pocas especies de agua respiran aire.
La vida en la tierra ofrece una amplísima diversidad de hábitats para los caracoles. Seguramente te has encontrado con diminutos caracoles debajo de una piedra, pero también los habrás visto sobre algún tallo u hoja de una planta. Son capaces de sobrevivir en entornos naturales o en lugares perturbados por el ser humano, como los parques públicos y los jardines.
La cantidad y diversidad es muy grande. Haz cuentas: solamente de moluscos, el número de especies ronda los 85,000 o incluso hasta los 150,000 y los gasterópodos constituyen cerca del 80-85 por ciento del total de ellos. En el presente, el mundo es hogar de más de 60,000 especies vivas de gasterópodos.
Aunque no tienen patas, pueden desplazarse gracias a un pie muscular que, con base en movimientos ondulatorios, permite al caracol ir de un lugar a otro. Esto sería más complicado si no usaran la famosa “baba” que deja rastro sobre el suelo. Este fluido es una especie de moco que el animal segrega para deslizarse sobre todo tipo de superficies y para mantener su humedad.
Y bueno, ciertamente los caracoles terrestres son increíblemente lentos. La velocidad depende de la especie, pero por lo general se sitúa entre los 1.3 y 2 centímetros por segundo. Su lentitud es otra característica que lo ha hecho famoso, y algunas personas han sabido jugar con ella. Por ejemplo, en muchos lugares de Reino Unido se organizan ¡carreras de caracoles! ¿Te imaginas esperar a que lleguen a la meta? En realidad no duran tanto como puede parecer.
Los aspectos biológicos son muy interesantes. Por ejemplo, la mayoría son hermafroditas, lo cual indica que un solo caracol tiene órganos reproductores masculinos y femeninos al mismo tiempo. Sin embargo, suelen aparearse a la manera “tradicional”: unos con otros. Unas semanas después del apareamiento y la puesta de huevos, los caracolitos emergen de su cascarón, pequeños e indefensos ante los múltiples depredadores que los acechan, como los escarabajos, las aves, las tortugas y hasta otros caracoles. La expectativa de vida de los caracoles en estado salvaje es de 3 a 7 años aproximadamente, pero en cautiverio pueden vivir hasta los 10-15 años de edad o incluso más.
Los seres humanos han comido caracoles terrestres desde hace miles de años, y aunque en muchas regiones del mundo no son habituales en la gastronomía, en partes de Europa como Francia y España son considerados un manjar. Pero su consumo debe ser muy cuidadoso, puesto que algunos albergan parásitos que, una vez en el cuerpo humano o en el de otros animales, pueden provocar graves enfermedades.
Cuando los caracoles se multiplican y dañan cultivos o afectan en algún modo las especies propias de una región o al ser humano, se les considera plagas. Ciertas especies llegan a crecer hasta sobrepasar el tamaño de una mano adulta, y por supuesto, su apetito también crece. Por eso, es importante prestar atención a las recomendaciones del manejo y cuidado de caracoles.
En definitiva, los caracoles son más que una concha. Conócelos a fondo y encuentra los datos más sorprendentes que te harán apreciarlos y hasta amarlos.