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Quiero comparar la democracia del pasado tomando a Atenas, como la más conocida, pero no la primera con la actual, la chilena, si es que se puede llamar democracia. Lo sé, muchos dirán: la de Atenas es directa y la chilena «representativa».
En Atenas, la democracia fue parte de un camino largo, y también tortuoso, hasta cierto punto. Desde Solón y su división en clases sociales por renta hasta Clístenes y su división en clases censitarias que dio paso a la democracia, pasaron casi 90 años.
La democracia en Atenas, era en teoría, igualitaria, pero en la práctica, no era tan igualitaria: sólo los ricos (que cabían en las dos primeras clases que estableció Solón, los pentacosiomedimnos y los hippeis) tenían acceso a los cargos públicos de alto rango, que en Atenas eran el arcontado (que eran 9 y tenían funciones ejecutivas-militares-religiosas) y el areópago (ente de supervigilancia de los arcontes, y con funciones de justicia.)
Eso, en Atenas. ¿Y en Chile? En Chile pasa lo mismo. Vea usted, ¿cuántas personas del bajo pueblo, de las clases media baja o baja están en el gobierno, en el Congreso o en el poder judicial?
La de Chile, en ese sentido, es parecida a la de Atenas. Aunque en Atenas era más accesible acceder a un cargo. La plata mandaba allá, y la plata manda acá. Haga la prueba y tírese a candidato en Chile a algo. Allá, en Atenas, era más fácil, los cargos eran elegidos a viva voz o por sorteo. Aunque igual casi siempre salía alguien de la alta alcurnia (nunca un thete o «clase baja» si lo extrapolamos a Chile, obtuvo el arcontado). Acá, primero, debe juntar firmas (casi 40 mil para ser candidato a Presidente, si es a Diputado o Senador son menos). Después, el financiamiento. Porque a usted, a menos que sea pariente, no lo va a financiar ni Paulmann ni ninguno de esos. Y supongamos que por esas cosas usted sortee esa barrera, no va a salir en la tele ni en ninguna parte. Y menos si no le conviene a los poderosos de verdad. ¿Porque cree usted que Claude no sale en TVN? Simple, a los poderosos no le conviene. O sea nos representan los que tienen plata, o quienes ellos quieran.
Otro punto de comparación: el «poder del pueblo». Y en eso nos ganan los atenienses. Era la eccesia la que gobernaba. Ella era la que elegía no solo sus gobernantes, sino quienes les administrarían justicia. Es más, votaban sus propias leyes (tenían un ente que las preparaba, la bulé). En Chile, ni cerca de eso. Ya sé, es representativa y no directa.
Pero, el problema no es que sea representativa, sino que los representantes no nos representan. Votamos por el menos malo. Suena feo, pero así es. Eso en las parlamentarias. En la presidencial, muy distinto no es. A 4 paredes hasta ahora los partidos elegían. Por fin una ley un poco más democrática nos dio primarias. Pero igual, los partidos eligen sus candidatos entre 4 paredes, o con suerte, en un consejo de partido. Hay que ser justos y en esta pasada, exceptuamos a la DC que realizó primarias para presentar a Orrego.
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